35 horas viendo Lost: Noticias, estrenos y tetas

¿Qué tienen en común gente con exceso de cafeína, Kitt y un super skrull? Sí, vale, que el Super skrull podría conducir a Kitt bebiendo Coca cola, ¡¡pero también que son parte de las noticias de ésta semana!! ¡¡Las habreis leído en más sitios, pero seguro que no se equivocaban tanto!!

MARATON DE LOST

Cada vez el mundo está más loco. O más cuerdo, no lo tengo muy claro. El caso es que nos aburrimos de tal manera que los concursos cada vez son más absurdos: Y no me estoy refiriendo a los de la tele, que también (Allá tú pasa por ser no sólo el concurso, sino la cosa más absurda de la televisión de todos los tiempos), sino al que ha propuesto la FNAC en Bilbao: Los días 8 y 9 de octubre, una maratón de 35 horas con la primera y segunda temporadas seguidas de Perdidos. Seguidas. Sin descansar ni dormirse. Estas son las reglas: Hay doce vales de diez minutos para poder salir de la sala al baño o a tomar el fresco, no se permiten medidas estimulantes de ningún tipo, la comida la dan ellos. No se puede dormir nadie, y para ello habrá guardias de seguridad vigilando (menudo trabajito, oye). Cincuenta personas. El que gane, se irá a Hawaii en un viaje para dos personas, el resto de los diez primeros ganará la tercera temporada de Lost en DVD (menos da una piedra, oye). Los otros treinta y nueve, a casita.

Hurley iría, dude

Personalmente, ya me he apuntado. Si alguno va a ir, que se fije un poco y salude (sería gracioso ver a alguien saludando a todo el que se parezca al dibujito de ahí arriba), y ya puestos que me despierte en el episodio en que Charlie ve a Hurley vestido como Jesucristo, que si ya me entró modorra en su primer visionado, imaginad el segundo. Si ya estaba de Lost un poco hartito, imaginaos ahora. En enero creo que la va a ver su madre. ¿Sobreviviremos sin Coca cola, sin dormir, sin salir de ese lugar? Sólo hay una respuesta, y el día 8 la veremos. Si me voy a Hawaii, ya me ligaré a alguna chica del lugar por vosotros. Que no se diga.

Las series del club Megatrix (y 3)

Terminamos, al fin, aunque me huelo un especial la semana que viene de «Las series que se me han olvidado»:

Muerto y con el pelo largo: Como Kurt Cobain

Dragon ball Z: Pero ojo, Dragon ball Z sólo desde la saga de los androides y Célula. SIEMPRE recomenzando en el mismo episodio: Los androides andando por la carretera y Krilin (ése personaje fácilmente explotable, como nos hizo ver Freezer) haciéndoles frente. Nunca volví a ver la saga de Freezer en castellano, ni a Goku de pequeño, ni…ni basicamente nada de la etapa decente de Dragon ball,antes de que todo se resumiera en un simple y estudiado “aparece un malo mas malo que el anterior, Goku parece que muere, pero no, y al final gana”.

Con un doblaje en castellano que parece hecho por cuatro amigos con un par de copas de más y unos gritos con menos ganas que los de una actriz porno sesentona, Dragon ball Z es una serie que, pese a todo, nunca pasará de moda. Son gente con pelo negro (convertible en amarillo) zurrándose contra enemigos muy malosos, con sangre, bolas de energía y puñetazos a go-go. No puede tener nada de malo, salvo que el título del episodio te destripa lo que ocurrirá en los siguientes veinte minutos. En serio. Tu ponías la tele y, tras cantar su portentoso opening sin rima alguna, la voz en off te atronaba con un “Gohan vence a Célula con la ayuda de su padre”. Y en el episodio, Gohan vencía a Célula con la ayuda de su padre, en un alarde de originalidad. Durante un tiempo pensé que no hacía falta que pusieran el resto del episodio. Se podía seguir la historia sin problemas sólo escuchando los títulos. En fin, una serie mítica donde las haya, que hizo que toda una generación jugara a lanzarse kamehames (u ondas vitales para los que no son del País Vasco o Cataluña) en vez de jugar a cowboys y vaqueros. Ahora lo añoramos cuando les vemos jugar a Salsa rosa los sábados por la noche. Snif.

Harry and the Potters: Rock mágico

Cuando la Jotacá Roulin decidió que en el séptimo libro se cargaría a medio Hogwarts sin encanto ni seriedad alguna (“Y entonces, Harry se levantó. Vio a X y Z muertos en el suelo. No quiso creerlo, así que apartó la mirada y se marchó”. Siendo X y Z personajes míticos de la saga). no pensó en las consecuencias que el fin de su saga iba a suponer en ciertas personas. En Daniel Radcliffe, que ya podrá dejar de ser el niño mago para convertirse en el niño mago que ahora enseña la minga por ahí, en Emma Watson, que por fin podrá ligar (je), y, sobre todo, en Joe y Paul DeGeorge. Dos hermanos. Dos héroes. Los fundadores del grupo de rock mágico más famoso de la historia de…er…el rock mágico. Ellos son Harry and the Potters. Ésta es su historia.

Corría el año 2002, y los hermanos DeGeorge acababan de organizar un festival de rock absurdo con sus grupos, Ed and the refrigerator (¿de dónde sacarán sus nombres éstos chicos? ¿Qué inteligentísimo mecanismo mental tendrán para hacer un grupo sobre neveras?) y The secrets, que se disolvió después del éxito monumental de Harry and the Potters. En éste festival ninguna de las dos bandas apareció (entre nosotros: los hermanos DeGeorgee tienen toda la pinta de ser unos pelmazos de cuidado), y el público, seis personas según la leyenda, seguía esperando rock del bueno. Así que los hermanitos escribieron siete canciones en una hora para complacer a su público. Joaquín Sabina también se pone a componer una hora antes de grabar el disco, no os creais que son sólo Harry and the Potters.

Cineastas a los que pegar un tiro: Peter Kubelka

Hasta ahora hemos hablado de películas rematadamente malas, de filmes que nadie en su sano juicio quiere ver. Hoy, la racha va a cambiar. Hoy voy a contaros la historia de dos personas: La primera es Peter Kubelka, un director austriaco que es admirado por un nutrido grupo de cinéfilos sin nada mejor que hacer. La segunda soy yo cuando descubrí a Peter Kubelka y supe que algún día me vengaría de él en un lugar como éste. Kubelka pertenece a la segunda vanguardia artística austriaca (¡¡No!! ¡¡No huyais!! ¡¡Dejad que os culturice!!), y se enmarca dentro de un grupo de artistas experimentales que se juntó alrededor de los años 60. Yo me imagino sus reuniones como un lugar donde beber absenta y escaparse de sus mujeres con la excusa de ir a hablar de cine métrico (ya sabeis, típicas excusas: Fútbol, toros, amigotes, cine métrico experimental austriaco), porque si no, no se explica la obra de este señor. No es ya sólo que dure en total cincuenta minutos (cincuenta minutos en cuarenta años. Y luego nos quejamos de que Spielberg trabaja poco), sino que es una tomadura de pelo absoluta. Ahora imaginaos al pobre Randy, sentado en primera fila en la clase de Historia del cine, cuando el profesor, entre lágrimas de emoción (me gustaría estar exagerando) les anuncia que van a ver la que para él es la mayor obra maestra de la historia del cine. Ciudadano Kane es Los tomates asesinos se comen Francia comparado con ésta Arnulf Rainer. Primero vedla. Después discutimos sobre su valor simbólico y los inteligentes juegos de cámara.

No, el video no se ha subido mal. Es así. Rodada en 1960, Arnulf Rainer fue llamada así en agradecimiento a un artista llamado Arnulf Rainer, que tenía demasiado dinero y tiempo libre y decidió darle billetes y billetes a Kubelka para que hiciese sus investigaciones sobre métrica cinematográfica (supongo que esperando filmes llenos de ritmo a lo Silly Simphonies). La verdad, se podía haber metido el dinero por el orto o habérselo gastado en irse de pilinguis. Porque me imagino al pobre hombre, después de haber pagado varios millones, viendo ésta especie de cosa de seis minutos, al lado de Kubelka, intentando parecer inteligente y haciendo como que capta el espíritu de la obra, sintiendo que ha desperdiciado más dinero en una obra cinematográfica que el productor que decidió financiar Grease 2. O sea, ¿cómo hablamos de ésta cosa? ¿Cómo le explicas a tus amigos lo que acabas de ver? Puedes vomitar en un lavabo, pero quizá alguien no pillara el simbolismo.

Cómics imprescindibles: Spiderman contra Dinosaurio diabólico (y 2)

Se quedó nuestro amistoso vecino Spiderman peleando con un gorila cabreado (ya se sabe que no hay nada peor que un gorila cabreado que acaba de venir del dentista) y un tigre lleno de mala leche. Spidey hace lo que todos nosotros hubiéramos hecho: Huir como una nenaza, con tan mala suerte que acaba en plena pista de circo. Muy bien, Spidey. Para qué seguir los carteles de “Salida de emergencia” pudiendo dejar a un gorila y un tigre dopados libres y en contacto con el público. Eso es un superhéroe y lo demás tonterías. A todo ésto, el público encantado con el espectáculo mientras Spiderman para al gorila y al tigre con red. Muy bien, genio. Después de treinta años, empiezas a pillarle el truquillo a ésto de ser superheroe.

Llega el momento esperado: Spiderman debe enfrentarse a Chico Luna y Dinosaurio Diabólico, convertidos (como recordareis, o probablemente no) en esbirros del malvado Jefe de Pista. Y Spidey vuelve a dejarnos anonadados con su valentía. A ver, si escapó del gorila y escapó del tigre…¿qué va a hacer con éste par?

¡¡Pide cinco deseos!!: Noticias

¿Qué tienen en común Avril Lavigne, Tokyo y un informático negro? ¡¡Que la Lavigne se lo podría hacer con el informático en Tokyo, sí, pero tambien que forman parte de las noticias de la semana!! ¡¡Las habreis leído en más sitios, pero ellos no tenían Randy Surround 3.0 (only where available)!!

HE WAS A SKATER BOY, SHE WAS A PETARDA GIRL

Con sus letras rompedoras, su estética nunca antes vista y sus éxitos punk que hacen temblar de envidia a Sex Pistols en el tiempo libre que tienen mientras se revuelven en la tumba, Avril y Mayo Lavigne ha decidido que ya era hora de tocar con sus impolutos dedos el mundillo freak. Y al grito de «¡Disfrutad de mi talento!», la muchacha (de la que no nos importaría disfrutar, er, escuchando su música) ha sacado una línea de amerimanga de lo más bonita, oye. Que ya hay que ser atrevido y punk para sacar una linea de manga. La Polla Records no tuvo una, y mira como acabaron: Disueltos. Avril sabe lo que hay que hacer. Avril nos va a hacer vibrar más que Naoki Urasawa, con inteligentes sorpresas argumentales y peleas más emocionantes que en cualquier tomo de One piece. Id reservando en vuestra tienda ¡¡Pide 5 deseos!!. No sale hasta el salón del manga, pero tengo el pálpito de que se agotarán. Al tiempo.

Muérete de envidia, Tezuka

Las series del club Megatrix, parte 2

Y seguimos:

¡¡Ya en video!!

Pesadillas (de RL Stine): Serie B para niños, basados en una serie de libros que todos hemos leído, pero que a nadie le dieron el más mínimo miedo nunca. Cercana a Más allá del límite, en el sentido de que ninguna historia estaba interconectada con la anterior, su opening anunciaba lo que supuestamente íbamos a ver: Miedo, sangre, mocos verdes, niños muertos. Pues no. Los argumentos, todos con moraleja final lorelei lorelei iban desde “Un niño se pone una máscara que cambia su personalidad” hasta “Una momia egipcia resucita y persigue a niños” o “Hay un monstruo en el lavabo”, todos ellos altamente originales y sin repetirse entre ellos (bueno, en La máscara maldita 3 uno empezaba a ver ya una pauta…). Ni mi sobrino de cinco años, que se asusta de Los Simpson (con razón viendo los últimos episodios), se asustaría con Pesadillas, pero pese a todo era una serie medio decente, con efectos especiales hechos en Art attack con pasta de papel, pintura no tóxica y miga de pan.

Tuvimos que aguantar cuatro temporadas de historias clónicas (Un monstruo en el campamento, un monstruo en el armario, un monstruo en el baño, un monstruo es el presidente del gobierno,un monstruo es presidente de Microsoft) hasta que finalmente algún productor decidió que la serie era muy cara y su lugar era Megatrix, ya que, obviamente, una serie de media hora que se supone que da susto aunque sea porque suben la música cuando aparece el malo da mucho más miedo a las once de la mañana que a medianoche. Ande vamos a parar. No puedo dejar de volver a destacar y recomendar La máscara maldita y sus secuelas clónicas, que rozaban el absurdo y el descojono general. Ni una muerte, mucho buen rollo, terror para preescolares asustadizos. Todo un mito.

¡Vamos, vamos, rangers del poder!

Grandes juegos de la historia: Power rangers SPD

Imaginaos que sois productores de videojuegos. Acabais de fundar vuestra compañía, yo que sé, Truñisoft, y un mundo infinito se abre ante vosotros: Podeis programar aventuras inimaginables, historias divertidas, héroes carismáticos…y después de pegaros el gran batacazo con vuestro juego arriesgado y minoritario, podreis tirar de franquicias baratitas y chungas para salvaros el culo y sacar algo de pasta del invento. A ver qué lista tenéis…Barbie (de la que todos recordaremos el juego de PSX en el que conducías un caballo por la playa y en el que a veces podías saltar y todo), M&M’s (el tío al que se le ocurrió hacer un juego de los M&M’s era un puto genio al nivel de Einstein), Power Rangers…Espera, ¿esos no eran los tipejos vestidos de colores que pegaban gente vestida de gris? ¡Esto tiene futuro! ¡Vamos allá! ¡Prepárate, Game Boy Advance, porque tus ventas subirán como la espuma!

Lo bueno de jugar a un juego de los Power Rangers es que sabes perfectamente a lo que te enfrentas. Es como ver una película de Chuck Norris o abrir una bolsa de pipas. No vas a encontrarte una inteligente historia online sobre espías nazis que usan a los Power Rangers como cabezas de turco, donde los Rangers tengan intensas y emocionantes vidas ocultas y amores con mucho sentimiento y música de Nobuo Uematsu. Ni tampoco una aventura gráfica donde los Power Rangers tengan que encontrar el arca perdida mediante inteligentes puzzles planteados por Bull y Skull, ni un juego de puzzles, ni un pinball de los Power Rangers. Un juego de los Power Rangers es aquel en el que los susodichos se fostian con los malos. Otra cosa es más inconcebible que Sylvester Stallone liandose con Hello kitty.

Al fin un juego para MACHOS

Cine de calidad: Los tomates asesinos se comen Francia

Corría 1978 y un joven (30 añitos) John deBello cogió por primera vez una cámara de cine, dispuesto a enseñarnos una nueva dimensión del terror. La premisa era sencilla: Si Los pájaros consiguió dar miedo a la gente mostrando a simples pájaros atacando, unos simples tomates asesinos causarían el mismo efecto. Máxime si iban acompañados de una canción pegadiza (Hitchcock nunca se dio cuenta del valor de cuatro rimas mal hechas cantadas a ritmo de du-duá du-duá: “Los pájaros nos atacan/Y sólo tenemos laca/oooh”). El filme en cuestión, El ataque de los tomates asesinos, que no es sino la mezcla de dos cortometrajes que hizo en su etapa universitaria, es una de las peores películas de serie B de la historia. No divierte, no hace gracia, no tiene momentos bizarros. Es ver chistes malos sobre tomates una y otra vez. Por alguna razón, a la gente le encantó, y se necesitaron diez años para preparar la secuela, El regreso de los tomates asesinos, que contaba entre su reparto con un enorme George Clooney que hasta entonces sólo había salido en Depredador: El concierto, Retorno a Horror High y un episodio de Se ha escrito un crimen y que ahora se arrepiente de haber pronunciado frases como “Podría enamorarme de un tomate”. La película, mucho mejor que su precuela (al menos aquí había tomates y asesinatos de verdad, y para la posteridad está George Clooney quejándose de fealdad y de que nunca ligará tanto como Rob Lowe) curiosamente está aun peor considerada. Y cuando la gente creía que la saga no podía caer más bajo, un año después llegó ¡Los tomates asesinos atacan de nuevo!, personalmente, mi película favorita de la saga. Tomates, chistes malos, sangre haciendo de zumo de tomate, zumo de tomate haciendo de sangre, manos que movían los tomates y que se veían en pantalla…Un cutrerío tomatil difícil de mejorar. Hasta que, un día, mientras De Bello preparaba la estupenda serie de animación que en su día emitió Canal +, tuvo una idea fabulosa, el gran ingenio final: Convertir al protagonista de la saga, Tomate Peludo (es un tomate y es peludo, ¿necesitais más explicación?) en el rey de Francia. Y así salió Los tomates asesinos se comen Francia, una parodia de los filmes de parodias que parodian parodias y que tiene tanta gracia como clavarse un cuchillo en la pierna. Pero dejemos que el propio protagonista del filme nos cuente su experiencia en él:

Pot Pourri

Los tomates asesinos se comen Francia basa su humor en dos premisas básicas: 1) Los franceses son tontos y comen pan y 2) Los chistes sobre tomates siempre son divertidos, desde tirar un tomate a la cara de alguien hasta hacer que alguien sea comido por un tomate. Si se mezclan las dos premisas, os podeis llegar a imaginar el nivel de la cosa ésta, en la que se mezclan tantas tonterías que uno termina sin saber de qué demonios están hablando.

Spiderman contra Dinosaurio Diabólico (1)

Que Jack Kirby es uno de los grandes pilares de Marvel es algo que nadie se atreve a negar so pena de escupitajo. El Capi América es creación suya, así como Los 4 fantásticos, Thor o los X-men. Superhéroes de altura y de nivel, vaya. En 1978, después de una temporada en DC, El Rey Kirby volvió a las andadas en Marvel, dispuesto a volver a crear héroes tan míticos como los de antes. Alguien al nivel de Spiderman, del Capi, de Thor. Y entonces surgió la gran idea que cambiaría el curso de Marvel: ¡Un dinosaurio rojo acompañado de un mono que habla! ¡No sólo eso! ¡El dinosaurio se llamaría Dinosaurio Diabólico y el mono Chico Luna! Los fans, obviamente, recibieron el retorno de Kirby con gran alegría, vítores y hurras, comprando en masa Dinosaurio Diabólico. De hecho, si el cómic aguantó sólo nueve números en la calle fue por una mala distribución. Seguro. Al fin y al cabo una creación de Jack Kirby no podía ser mala, y, para demostrarlo, Diabólico y Chico Luna viajaron desde la prehistoria hasta la tierra para formar parte de Los ángeles caídos, un grupito lleno de supertipos patéticos que tuvo una miniserie y gracias. Tras una breve aparición en el número 81 de Motorista fantasma (otro que tambien se las trae), Chico Luna y Diabólico parecían destinados a caer en el olvido, en el limbo de los personajes Marvel que nadie quiere, como el Exterminador de Tontos o Rana Saltarina (con esos nombres, normal), hasta que Tom DeFalco, el coguionista de la admirada Saga del clon, tuvo la idea del siglo: Hacer un número especial en el que ambos se las tuvieran que ver con Spiderman. Desde las alturas de Marvel apreciaron la GENIAL! idea de DeFalco y le ordenaron que se pusiera a la obra. Y para ello le dieron la inestimable de Tom Lyle en el dibujo. Por delante, un cómic tan estupendo como parece.