Bueno, hemos llegado a Barcelona. Queda un día para que se abra la puerta de La Farga de L’Hospitalet y podamos compartir espacio con otakitos y otakitas de todas las edades y olores. Por si acaso, yo ya he equipado el martillo anti-fanáticos con el que poder romper un par de neuronas de aquellos que se quieran llevar mis gashapones y mis llaveritos. Qué os voy a contar yo que no os pueda contar mejor Pseudo en su último y fabuloso flash. Bueno, sí. Las maneras de intentar un acercamiento positivo hacia miembros del sexo contrario (oh, lease el doble sentido, ha-ha-ha, el humor). Ya vimos el otro día a quien acercarse y qué frases funcionan. Vamos con la segunda y última parte. Sobre su éxito o su fracaso en la práctica…dejémoslo para el miércoles que viene, tras la resaca.
10 FRASES QUE NO FUNCIONAN
¿Qué creíais? ¿Que valía con saludar? ¡Ja! Quizá en un pub sí, pero el salón, amigos, ¡¡es la tierra de las oportunidades!! ¡El único sitio donde te van a valorar más por tu llavero de Final fantasy VI que por tu cuerpo serrano! No se pueden decir frases a la ligera. Las reglas han cambiado. Por una vez no vas a ser juzgado sólo por tu físico. Ahora, céntrate. No la cagues. Procura no decir nada de ésto, por tu bien (frases totalmente reales escuchadas en salones varios), a no ser que quieras pasarte el resto de tu vida escuchando a una Belldandy diciéndote “Quita, pesao” en tu cabeza:
1. Hace buen día, ¿eh?: Game over, y eso que ni siquiera has metido la moneda. Tío, estáis dentro de un salón lleno de gente disfrazada con katanas, practicando vuestra supuesta afición favorita (tocar los cojones y sentiros alternativos), ¿y le preguntas por el tiempo? Si quisiera saberlo, estaría saliendo con Paco Montesdeoca. Réstate veinte puntos y a la casilla de salida.
2. Pues a mi el relleno de Naruto me gustó: Ya puestos, ¿por qué no te pones los calzoncillos en la cabeza y empiezas a canturrear el Haruka kanata mientras rompes figuritas y babeas? Vas a dar la misma impresión de pardillo que si abres la boca. Quizá mejor. Por cierto, me juego el cuello a que este año hay más disfraces de Death note y Bleach que de Naruto. Había que decirlo.
3. Después podemos ir a tomar algo: Olvídalo. Lo que quiere tomar es un bol de arroz en el restaurante japonés acompañado de su buen sake, como tradición anual (que todos los otakitos creemos que es única nuestra, pero que en realidad TODO el mundo tiene). Además, entre que la mitad de los comecacas (palabra alternativa y muy superior a friki) de España no beben ni gota y la otra mitad pasa de hacerlo en pleno salón del manga, chungo lo veo. Mejor invítala a una galleta de la suerte trucada.
4. ¿Vas a ir a ver el concurso de cosplay? ¡Yo no me lo pierdo!: ¿Pero tú estás tonto? ¿A quien en su sano juicio se le ocurre ir a ver ésta tortura china más de cinco minutos? No sólo no vas a mojar, sino que te vas a jartar de ver a tipos más sexys que tú disfrazados de Ichigo luchando contra personajes cuyo nombre desconoces, a Squalls haciéndose los chulos y a Tifas…eh, espera. Nunca te cansarás de ver a Tifa. Eso sí, al terminar, dos horas más tarde de lo previsto, la otra persona no se acordará ni de que estabas al lado, y en su cabeza tendrá el único pensamiento de irse a la cama. A descansar. Sin tí.
5. ¡Te invito a un gashapon!: Hey, felicidades, ¿puedes ser más cutre? ¿Vas a invitar a alguien a una bola con un regalo aleatorio dentro que cuesta un euro? Me estás diciendo que te encuentras con las persona de tus sueños, y nada más verla le vas a regalar…¿Un nintendog del tamaño de mi uña? ¿ORLY? Gracias a dios los de Ficomic decidieron poner ese puesto de gominolas en medio de La farga. Siempre queda infinitamente mejor invitar a una fresa de gominola posiblemente tóxica que a una figurita de Son Goku con un diseño parecido al de Sailor moon and the 7 ballz.