Archive for septiembre 2008

¡¡El ataque de las polivisiones asesinas!!: Noticias y tetash

septiembre 26, 2008

¿Qué tienen en común Jaime Rosales, la bandada de secuelas semanal y un reseteo que sigue trayendo cola? Vale, que si Jaime Rosales hiciera una secuela de La soledad sería mejor realizar un reseteo de la humanidad, ¡¡pero tambien que forman parte de las noticias de esta semana!! ¡¡Las habrán leído en más sitios, pero seguro que no tienen un flamante pase de prensa para Sitges 08!!

ROSALES VUELVE A ARMARLA

Hay veces que un director cambia la historia del cine. Orson Welles nos enseñó que una nueva narrativa era posible en Ciudadano Kane, Charlie Chaplin y Buster Keaton abrieron nuevas ramas de la comedia que iban más allá de slapstick. Y Jaime Rosales creó la polivisión. O eso le gustaría creer a él. Hay un género de directores de cine que me dan mucha rabia. Y es que para dedicarse a esta industria hay que ser, en primer lugar, humilde, algo que a Rosales se le queda un tanto largo. Rosales es el típico tipo que se planta delante de ti y dice “Soy un genio. Soy el mayor genio que ha dado la historia del cine, porque parto la pantalla en dos mostrando cosas insustanciales y además hago que los diálogos casi no se escuchen”. O sea, confunde genialidad o innovación con pretexto chorra realizado expresamente para creerse superior al resto de directores de la humanidad. Algo parecido a lo que le pasaba a Lars Von Trier con su Dogma 95. La cosa es que Rosales, tras La soledad, ha presentado su nueva película en San Sebastián: Tiro en la cabeza (y no, no voy a hacer el chiste obvio). Por si fuera poco que le dejen rodar una nueva película, encima el tío ha ido partiendo la pana. Eh, aquí estoy yo, soy un genio que ha sabido captar a la perfección la realidad del País Vasco y reto a los espectadores. Soy el puto amo. Por una vez, hay que decir algo a favor de los críticos de cine: La gran mayoría no se han dejado engañar por la nueva propuesta del colega Rosales, calificándola de vacía, estúpida, pretenciosa o estéril. De hecho, sólo hay un par de avispados que dicen que debería estar en el palmarés para mostrar el problema real de la sociedad vasca (un problema que, por supuesto, lo sabe mejor que nadie un listillo catalán como Jaime). Para quien no lo sepa, la película trata sobre un hombre. Un hombre que hace una vida normal durante 80 minutos y al final se va a Francia y mata a dos guardias civiles. Todo esto sin que se oigan los diálogos (Rosales prefirió centrarse en el ruido de fondo. Es para darle de collejas y no parar, de verdad) y rodada con teleobjetivo para, supongo, parecer más cool. Vamos, que no la rodó con los ojos vendados porque se lo reserva para su tercera película polivisionil-gafapasta (Las horas del día es de él, pero no es polivisionil, así que es, obviamente, mala). Lo dicho: Habemus Rosales. ¡¡¡¡AVIV SELASÖR!!!!

No les miren así. Ellos no tienen la culpa de compartir nombre con eso.

Y ya que estamos habando de gente que se droga, es hora de contar la última gran polémica del mundo de los videojuegos. ¿Adivinan? ¡Se trata de algo relacionado con GTA! Los chicos de Rockstar, que a estas alturas ya provocan por provocar (me juego el cuello a que en GTA 5 veremos sexo explícito y se nos darán más puntos por hacerlo sin condón. Al tiempo), han decidido que su juego para Nintendo DS, Chinatown wars (decidlo con voz rimbombante. ¡Suena mucho mejor!), será cuanto más adulto mejor. Y junto a características tan interesantes como contar con ciclos día-noche y varias condiciones atmosféricas, unos gráficos altamente chungos o misiones cortas (que estamos en la DS, ¿recuerdan? La consola de los perritoz), en Rockstar han decidido poner un minijuego en el que venderemos droga. Ya sabéis: Los de Rockstar tienen pelo y testosterona hasta en la uña meñique del pie izquierdo. Son machos de verdad. ¿Cómo? ¿Qué insinuais? ¿Que buscan la polémica por la polémica? Desde luego, qué tonterías. Ni que les gustara salir en los telediarios y hacerse los mártires por no tener libertad de expresión o algo así. Pobres, pobres tipos del GTA. Arrasando en ventas y bañándose en bañeras de dinero y crack. Pobrecitos.

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El Rincón Literario presenta… High school musical: Poesía en movimiento (3)

septiembre 25, 2008

En episodios anteriores… Los chavales cantarines tienen que hacer una poesía y leerla delante de todo el instituto. Pero los muchachos saben jugar a baloncesto, eso de hacer poesía les suena muy de nenas, así que la Chica desnuda les enseña cómo se hace poesía en movimiento y al final aprenden a rimar unas cosas con otras. Cuando están a punto de marcharse, la Chica desnuda descubre que su seminovio Zakefron ha realizado un poema de amor dedicado a una tal Ariel. Y no puedo quitarme de la cabeza que ha visto La sirenita demasiadas veces.

Corte dramático, para que reflexionemos sobre el amor y las desgracias relacionadas con Ariel. Y es que en el otro extremo de la ciudad, Sharpay intenta representar su poesía de mala manera, pero sigue sin encontrar el vestido i-de-al para la representación en sí. Y ya se sabe que sin vestidos bonitos, la poesía no es lo mismo. Ahí tenéis a Gloria Fuertes, que si no encontraba un vestido escotado no se atrevía a leer La gata Chundarata. Mientras su hermano y ella discuten por el vestido que va a llevar Sharpay, se nos revela la poesía que la muchacha está preparando. De momento la dejaremos reposar, sólo diré que rima “estilos” con “cocodrilo”. Hasta yo lo hacía mejor con las dunas y la luna, maldita sea. Dejemos a los chicos discutiendo sobre chorradas y vamos a por Zakefron, que, por lo visto, no puede dormir.

Y no porque esté acostándose con Ariel, no, sino porque opina que su poema no es lo suficientemente bueno (¿cómo ha podido pensar eso?) y se ha decidido a escribir uno completamente nuevo sobre las cosas de su alrededor: Gofres (un tema muy poético, sí señor), nubes (por curiosidad, ¿sabe este chico que también puede hablar sobre amor y esas cosas?) y el timbre de la escuela (lo juro. Zakefron no sabe cuándo parar de hacer el ridículo). Mientras el protagonista sigue con sus estupieces, Sharpay decide hacerse un favor a sí misma y dejar que su poema lo realice otra persona. Y este es el momento en el que admito mi error. ¿Os acordais que os dije que la chica que ayudaba en los poemas a Gabriella era la chica mona de las gafas? ¿Y que era la gran rival de Sharpay? Vale, pues no. Equivocación de nombres. Esa chica era una negra secundaria. La chica mona de las gafas es la que ahora le va a hacer el poema a Sharpay sin motivo aparente (vale, aun no, pero se lo hará) y la negra secundaria su rival. Sigamos. Y es que, en la mesa de los jugadores de baloncesto, comienza el festival de la poesía. En su afán por parecer más inteligentes de lo que realmente son, deciden hacer un poema de lo primero que pillan. Y, atención, porque aquí llega, amigos. El gran momento definitorio de High school musical: Poesía en movimiento. Preparaos. Vuestro mundo no volverá a ser igual.

-Aquí está esta preciosa croqueta. ¿A que me invento un poema con sólo mirarla, sobre la marcha?
Chad soltó una risotada
-¿A que no?
Zeke se levantó. Sosteniendo la croqueta, la colocó directamente bajo la luz que entraba por el ventanal del comedor. Los chicos de las mesas vecinas lo vieron y se pusieron a escuchar mientras Zeke recitaba:
Extraña croqueta de sabor repleta
tu olor me seduce, tu interior me inquieta;
dorada y crujiente, es larga la lista
de dones que colman gusto, olfato y vista.
Mirarte quisiera poder sin descanso
pues tus bellas formas son como un remanso
de paz y sosiego, y mientras te miro
de mi boca escapan ahogados suspiros.
Todos los de la mesa aplaudieron, y Zeke saludó al público.

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Monográfico Barbie (5): Barbie race & ride (PSX). ¡Caballos secretos en el Valle secreto!

septiembre 24, 2008

Vivir en pareja puede ser algo precioso. De hecho, si lo sabéis llevar bien, lo es. Despertarse juntos, ver vuestras series favoritas acurrucados en el sillón, tener sexo cuando os apetezca (aviso para profesionales: Justo cuando puedes hacerlo todo el día, es cuando perdéis la necesidad de hacerlo todo el día), miraros mientras os decís moñadas (cuando llegais a “Ay, mi quicurrupirri” es el momento de parar. Sobre todo si hay gente delante), jugar a videojuegos… ¡Un momento! ¡No! ¡Paren las malditas máquinas! ¡Denles todos los hachazos que puedan si es necesario! Jugar a videojuegos en pareja es una tarea más frustrante que intentar concentrarte en estudiar mientras a tu lado ven Gran hermano a todo volumen. Y es que, cada vez más, los juegos están pensados para un jugador o, como mucho, varios vía Internet. O sea, que podríamos jugar en diferentes habitaciones si tuviéramos dos consolas iguales y dos juegos iguales. Brillante plan, pardiez. Nadie piensa en las parejas gamers, y eso se nota en, por ejemplo, el Mario galaxy. Una persona vive vibrantes y divertidísimas aventuras con Mario surcando el espacio, y la otra… la otra mueve el mando de manera casi neurótica por la pantalla intentando buscar trocitos de estrella. Es imposible no sentirse altamente timado. Pero los desarrolladores deben pensar que las parejas sólo quieren juegos en los que poder ahostiarse, chorraditas de cantar o de responder preguntas o en los que son dos marines que disparan a bichos feos, y por ello los juegos un poco diferentes no tienen ni una simple opción para dobles. Tampoco costaba tanto, maldita sea. ¿Han probado alguna vez a jugar a juegos de un jugador en pareja? Es tedioso, sobre todo porque el que tiene el mando en cada momento tiene que tener en cuenta su propia inteligencia de jugador y, además, hacer caso –o no- a la de la persona que tiene al lado. Es un trabajo de titanes. Espero que nunca se tengan que ver en la encrucijada “Vete por la izquierda”-“Yo creo que por la derecha es mejor”. Ríete tú de las decisiones de la ONU. Así, los juegos han ido pasando y seguimos teniendo a medias Bully, The Simpsons hit & run, Resident evil: Umbrella chronicles y un montón más que no le importan a nadie. Por suerte, un día Hardita y yo encontramos el juego perfecto para jugar a medias. Un juego en el que no importaba tener el control, puesto que la diversión llegaba gracias a las poderosas imágenes. Un juego con el que poder levantarte, coger el mando de Playstation y gritar al cielo “¡Sí, puedo jugar en pareja!”. Un juego con el que poder sentirnos héroes a caballo. Vale, si alguien hubiera entrado en la habitación en ese momento hubiera encontrado a un tío sin afeitar y una tía en ropa interior, con patatas fritas y ganchitos esparcidos por la mesa y varias botellas de Coca cola por el suelo mientras jugaban al Barbie race & ride de PSX. Pero mi visión es, definitivamente, más épica. Y que sepan que nos pasamos el juego aunque nos costó nuestras buenas dos horas.

‘Sa tía buena en su buga to wapo

Al poner el juego en nuestra consola vemos que Runecraft, los autores de otras obras de culto como Monopoly party o Scrabble, está detrás de todo el meollo. Con estas referencias, un juego de andar en caballo con Barbie no puede ser malo. Y, sin darnos tiempo para pensar, por allí aparece, volando –no se puede expresar de otra manera lo que hace Barbie: O volar, o levitar, o andar a cámara hiperlenta- con su caballo sobre un cesped totalmente verde en el que no proyecta ni sombra ni nada parecido. Es Barbie, por dios. Las sombras le afean la cara. Oyx. Total, que se acerca, mira a cámara como los malos actores y te suelta un discurso en plan “Hola, soy Barbie –oh, ¿en serio? Gracias por la información, chica igual que la muñeca de Mattel y cuyo nombre aparece en la portada del videojuego-. Bienvenidos al valle secreto -¿Secreto? ¿Qué demonios tiene de secreto un valle en el que han construido una granja y hay miles de animales por ahí? ¿Por qué nos mientes, Barbie? ¿Qué clase de embolia cerebral hay que tener para decir que una granja de vacaciones es un VALLE SECRETO?- ¡Es increíble! –En este momento, cambian de la cinemática, por llamarla de alguna manera, al gameplay. Podemos ver la terrible cabeza de un caballo dando tumbos por una especie de bosque. Increíble, sin duda- Puedes andar, sortear obstáculos, y correr conmigo y mis amigas –Sin duda, uauh, no puedo esperar-. ¡Vamos a correr!”. Después de seguir diciendo chorradas en plan “Guay, ha sido genial” o “Juega conmigo”, Barbie decide contarte la historia del juego. Aun me tiembla el flequillo cada vez que recuerdo su complejidad argumental. Resulta que en un lugar del valle… ¡¡hay un rancho escondido!! ¡Y si lo encontramos, probablemente no pase nada!

Y ya está. Esa es la historia. Dudo mucho que esperarais más. Tras la secuencia introductoria, llega la hora de manejar el menú. Un menú que, por si acaso nos perdemos, cuenta con la insidiosa voz de Barbie contándonos todo lo que hay que hacer paso a paso. “Ponte sobre Nuevo juego y pulsa el botón X para empezar una nueva aventura”. Uy, gracias. Nunca lo habría deducido yo sólo, creía que había que darle a “Opciones de música” para empezar una nueva aventura. Porque sé que no nos tratas como a retrasados, eh, que si no podría pensarlo. Después aparece una pantalla con letras. Hum, me pregunto qué habrá que hacer. “Elige las letras de tu nombre y pulsa X en cada una de ellas para formarlo”. Oh, gracias, Barbie. Menos mal que estás por aquí. Bien. Ya tenemos nuestro nombre escrito: Culo. Tanto da, en ningún momento Barbie va a decir “Hola, soy Culo”. Lo de dejarte poner el nombre es un simple regalo que Barbie te hace para que puedas sentirte parte de su propio universo. Qué chupi todo. Bien, ha llegado la hora de elegir vestido para correr. Puedes escoger entre el azul clarito o el azul oscuro. Oh, maldita sea, Dios, ¿por qué me pones en estos compromisos? ¡Seguro que hace que el juego cambie totalmente! ¿Cómo podré ver ahora el final alternativo? Pero, amigos, las elecciones aun no han terminado, como diría McCain (que será lo que queráis pero hace unas patatas riquísimas).

La Wii no sería capaz de moverlo

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Sesión doble (1): Vicky Cristina Barcelona o El título lo dice todo

septiembre 23, 2008

[No les mentiré: Mi idea de hoy era empezar a contarles Camp rock, la nueva obra maestra de Disney que ya destila maravillas desde su primera –y horrorosa- canción, pero por problemas técnicos, al final tendrá que esperar. Así que háganme un favor: No vean la película cuando la echen en Cuatro y ya la comentamos dentro de tres semanas. ¿Podrán aguantar la espera? ¿Sí? En ese caso espero que disfruten con la doble sesión de hoy]

Hay veces que te da rabia. Estás viendo una película y, aun sabiendo que no está mal y que estilísticamente tiene algún punto de interés (típico comentario de una película horrorosa: “Bueno, la fotografía estaba bien”), no puedes con ella. Te aburres, el guión te parece tan forzado como la relación de Joey y Rachel (en Friends, claro) y los actores, en general, parecen más interesados en pasar por allí y cobrar el cheque que en otra cosa. Al acabar, cuando se encienden las luces, miras a tu acompañante y ninguno de los dos se atreve a decirlo. Maldita sea, es Woody Allen. Es como ir a ver el Reina Sofía y meterse con las pinturas de Miró. Que sí, que son cuatro puntos en un lienzo, pero suponemos que algo tendrá el agua cuando la bendicen. Así que cogeis las cosas de los asientos, os encaminais hacia la puerta en silencio y de repente uno traga saliva y se atreve a hablar. “Un Allen flojo, ¿no?”. ¿FLOJO? No, amigos. A las cosas, por su nombre. Me cuesta creer que alguien en este universo pueda encontrar algo de interés en Vicky Cristina Barcelona, que parece más una película gafapasta de un pretencioso director español que un interesante filme del colega Woody. Así que llegas a casa y pones el DVD. Por lo menos, quizá una buena película española te haga olvidar el fiasco de Vicky Cristina Barcelona. A ver… Anda, Tu vida en 65’. No suena mal del todo. Seguro que aunque la dirija la petarda de María Ripoll la película merece la pena. Seguro. Dos horas y pico después, al echarte a la cama, la sensación de haber desperdiciado el día en ver dos historias contadas mil veces es tan inevitable como odiosa. Con ustedes, la doble sesión que nunca se debió hacer, entre hoy y el próximo martes (como comprenderán, estoy de viaje y por eso actualizaré algo cortito). Sólo apta para los estómagos más sensibles o para las mentes más cerradas. Unga, unga, Woody Allen bueno. Unga.

El poster te spoilea gran parte de la peli. Así se hace.

Si eres un crítico de cine europeo, tienes que tener varias cosas en cuenta: Primero, que el aburrido cine estadounidense se está comiendo al cine europeo y es una pena, porque hay que ver qué innovaciones más interesantes hay en el cine europeo. Hay directores españoles que hasta se atreven con dramas en los que un niño despierta a la madurez en plena guerra civil. Ya me dirán si no es mil veces más interesante que John McClane salvando al mundo. Segundo, que si una película gana premios y no es europea, automáticamente se convierte en un bodrio sobrevalorado. A ver quién se ha creído que es, ganando premios aquí y allá sin consultarnos. Y tercero, Woody Allen no hace películas malas: Hace películas menores, pero no por ello exentas de interés. Y lo peor es que aunque saque a un hombre cagando durante media hora y diciendo al final “esto va para mi psicoanalista”, la crítica y el público en general se reirá. Existe la creencia popular de que todo lo que dice o hace Woody Allen es gracioso, a pesar de que haya realizado dramas maestros. Recuerdo que viendo El sueño de Cassandra (otra película, digamos, “menor”), en la escena de mayor dramatismo del filme, un hermano le decía al otro “Hemos matado a una persona. Me siento muy desgraciado”. A mi lado, un señor comenzó a reir como loco mientras comentaba con su pareja “Ay, el humor típico de Woody Allen”. No le corté la cabeza con sus propias uñas por pena (y porque no soy capaz, vale). Sí, es posible que jamás hubiera visto obras maestras como Manhattan, Annie Hall o Balas sobre Broadway, pero, aun peor, es posible que las hubiera visto sin entenderlas, simplemente por hacerse el inteligente. Con Vicky Cristina Barcelona pasa un poco eso: La gente no se ha enterado de lo que ha intentado hacer Woody Allen pero le aplaude por miedo a ser comidos por algún crítico listillo. Maldita sea, hasta él mismo parece quererse olvidar de la película cuanto antes y grabar algo nuevo. El público español medio no. Por intentar hacerse los interesantes, se terminan aplaudiendo propuestas tan rancias y simplonas como esta Vicky Cristina Barcelona e ignorando otras obras maestras que hay en cartel (¿cómo puede existir alguien que anteponga VCB a la archimaestra Wall-E?). Pero esperen, deje que les cuente.

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Random walk: Vomitando corazones y confetti sin parar (y 3)

septiembre 22, 2008

En tomos anteriores… Yuka sale con un chico con novia y lo terminan dejando. Luego, su ex novio vuelve y le pide salir, pero en su colegio da clase la profesora que, tiempo ha, se tiró a su ex novio, y claro, Yuka desconfía. Entre tanto, Wataru Yoshizumi nos confirma que no tiene ni idea de cómo hacer tramas nuevas y hace que un profesor y la Virgen se gusten, aunque a la profesora de antes también. Chan. Chan. Tramas complicadas y liosas, ¿a quién no le gustan? Hoy, por fin, en el tomo 3, veremos con quien se queda nuestra aguerrida protagonista, además de muchos ojos grandes, sonrisas tan enormes como la Tierra y pensamientos machistas pronunciados por bellas mujeres. ¿Preparados? ¡Vamos allá!

La Virgen decide plantarle cara a la profesora ninfómana y no dejar que se lleve al profesor, así que decide ir a pedirle una cita. Ya en el momento, a la pobre chica no le salen las palabras y tiene que ser él el que la invite a ir a una aburridísima exposición sobre el imperio no-se-qué. Vamos, el típico coñazo al que vas con la única intención de enrollarte con alguien (Chicos sin novia: ¡Pruébenlo!). Pero la Virgen, en cuanto se da la vuelta, escucha al profesor hablar con la profesora ninfómana sobre lo inocente que es, y, además, descubrimos que no quiere ser profesor: Simplemente está allí para sacarse el título. Ahora, qué va a hacer el tío con un título de magisterio si no quiere ser profesor, es una duda razonable. En fin. La cosa es que, además, confiesa que la Virgen no le gusta porque tiene seis años menos que ella (y en este momento, los que salimos con chicas seis años menores morimos un poco por dentro y nos sentimos sucios y asquerosos pervertidos por dentro) y la ninfómana aprovecha para atacar. Sí, oigan, esta historia a mi tampoco me interesa en absoluto, pero la Virgen me da un poco de penita y tengo curiosidad por ver si acaba convirtiéndose en una guapa lesbiana. Bueno, la Virgen pasa del profesor y éste se las tiene que ver con Yuka y Zorra. En mi época de instituto, las chicas enamoradas de profesores eran apestadas sociales. O, por lo menos, no se les animaba a liarse aun más con ellos, vaya. Debíamos ser raros y lo normal debe ser liarse con el tío que te va a poner una nota a final de curso. Esto es, ¿cómo demonios vas a suspender a la chica que te lame partes innombrables? ¿Es que quieres que no vuelva a hacerlo? Bueno, por resumiros el asunto: Al final el profe se disculpa, le dice que jamás volvería con la profesora aquella, se dan un besito y se dicen que se gustan. Ale, qué bonito. Vamos a ver qué pasa con Yuka, que será más idiota pero sus historias de amor por lo menos tienen su gracia. Y es que la muchacha está pensando en perdonar a su ex novio por liarse con la ninfómana (¿alguien lo dudaba? Es posible que Yuka lleve ya cinco o seis días sin besar a alguien. ¡Así no actúan las mujeres diez!), algo que a HB (Hermano Buenorro. Versión oficial, me retracto del HG) le apasiona. Vamos, vaya cara de pasión tiene el muchacho.

Aja. Sin acento en la a ni nada. Y te lo digo con la boca pequeñita, mirando para otro lado y con una expresión totalmente contraria a la que se pone cuando se dice “Aja”. Aja. Y, de pronto, porque sí, entra flashback. ¿No os habéis preguntando cómo conoció Yuka a su ex novio? ¿No? Normal. Y es que es un tema que no le interesa absolutamente a NADIE. Pero Yoshizumi cree que sí, y no somos nadie para negarle las cosas a una mangaka relativamente reputada. Vale. Como si esto fuera un episodio de Lost cualquiera, pegamos un salto al pasado, cuando el ex novio, Tsutsui (las personas con nombres graciosos siempre me han caído bien), aun era un estudiante de secundaria normal y corriente que, por avatares del destino, se sienta el primer día de clase al lado de Yuka (¡mala elección! ¡mala elección!), que llevaba el pelo a lo Eva Hache (o sea: mal). Y hombre, muy buena impresión no le debió de dar a la imbécil de Yuka, no. Vale que nadie es muy normal en este cómic, pero creo que esta viñeta se lleva la palma. Atención, porque se conocen desde hace exactamente dos segundos.

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¡¡La Xbox 360: La estamos dando, la estamos regalando!!: Noticias y tetash

septiembre 19, 2008

¿Qué tienen en común una bajada de precio, secuelas varias imposibles y el maloso del sombrero de High school musical? Sï, vale, que el maloso del sombrero terminará bajando su precio como actor apareciendo en varias secuelas imposibles, ¡¡pero también que forman parte de las noticias de esta semana!! ¡¡Las habrán leído en más sitios, pero no tienen las narices de pillarse alojamiento en Sitges antes de estar seguros al cien por cien de la acreditación!

TIRADA POR LOS SUELOS

Un buen día, el directivo europeo de ventas de Xbox 360 se despertó de un mal sueño: Su consola era la menos vendida de las tres de nueva generación. La Wii les estaba dando un repaso con sus gráficos del año de la tana y sus juegos, tan interesantes como romperse la cabeza contra un ladrillo. Por su parte, la PS3 estaba arrasando entre todos los aficionados al tuning y al Pro. Cuando se dio cuenta, tras varios cafés y reuniones con gente intentando suicidarse al grito de “¡Las ventas son demasiado bajas!” se dio cuenta de que el sueño era realidad. Había que ponerse manos a la obra. Plan magistral para el éxito de Xbox 360 número 80: Demencial bajada de precios. Y si no funciona, pues quitamos las consolas del mercado y nos las comemos con patatas. Lo dicho. Quizá no se hayan enterado, señores, pero Xbox 360 ya no tiene el problema de las luces rojas. Tiene el problema de un catálogo saturado de grandiosos videojuegos y de RPGs, y de un online perfecto que no deja opción de cagarse en Microsoft. Y ahora, un precio inexcusable. O sea, una consola con un catálogo en el que caben Gears of war, Dead rising, Bioshock, Mass effect o Lost odissey a 179 euros en su versión mínima-cutre, 239 en la media de 60 gigas y 299 por la de 120 es irresistible. La mitad que una PS3 –y mil veces más estética: ¿Habéis visto una de cerca?- y menos que una Wii –que ya tiene delito-. Y lo peor es saber que, a pesar de su catálogo espectacular, a pesar de sus funciones online y a pesar de ser la verdadera revolución de la nueva generación, se va a pudrir en las estanterías de las tiendas. No, tío, es que es yanki. Y tengo miedo de las luces rojas que se arreglaron hace año y pico. Y quiero jugar al Pro, y ya sabes que es exclusivo de Playstation. Ya lo saben: A partir de hoy mismo, en su tienda habitual, en cuanto ahorren cuatro duros en su hucha, tienen una cita inexcusable.

Humor videojueguil: Tan poco divertido como críptico

Sí, gracias, señor Bill Gates. No, hombre, no hacían falta todos estos billetes por la publicidad gratuita. Si quiere digo que esta semana han sido los cuartos en Japón por detrás de DS y PSP y a un par de consolas de Wii. Vale, que ha sido gracias al Infinite Undiscovery y la semana que viene volverán a hundirse, pero cosas así da gusto comentarlas. No es como comentar que los chicos de Activision Blizzard (sí, hay que añadir el “Blizzard” a pesar de que suene como el culo) han decidido que es una gran idea estropear la memoria colectiva y sacar, después del aburridísimo y prescindible Guitar hero: Aerosmith otro juego aún más aburrido y prescindible: Guitar hero: Hendrix. Ya me dirán la necesidad y la demanda que hay en el mercado de un Guitar hero basado en de Jimmy Hendrix. O sea, ¿realmente hay ALGUIEN ahí fuera que muere por tocar las canciones del bueno de Jimmy con una guitarra de plástico y un sistema de juego horrible? Bueno, si hay gente dispuesta a cantar en el Singstar: Abba me creo cualquier cosa. Y no quiero pensar en el futuro, que me da bastante miedo. ¿Qué otras aberraciones contra la música popular nos esperan? ¿Singstar: Eskorbuto? ¿Guitar hero: Sex pistols? ¿Rock band: Mamá ladilla? No, si la Xbox ya puede estar barata, ya. Como sigan por este camino, como si la venden en el rastro a puñaos.

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El Rincón Literario presenta… High School Musical: Poesía en movimiento (2)

septiembre 18, 2008

En episodios anteriores de High school musical: Historias del East High: Poesía en movimiento… Una profesora de estas enrolladas a lo Club de los poetas muertos manda a Zakefron y sus amigos hacer una poesía y leerla delante de todo el instituto. Por si fuera poca presión, además un poeta colega suyo elegirá la mejor poesía de todas y saldrá en el periódico. Por supuesto, Sharpay, la malvada mala con pelo oxigenado, quiere hacerse con el primer puesto antes que la chica de las gafitas. Y, entre medias, Negroguay (gracias a Tornesaurio por el recordatorio del mote, que a veces hasta yo me olvido) con un trauma que le impide leer poesía delante de la clase y con una negatividad que se expande por el instituto. Vamos a continuar.

En el instituto, el horror por el poema de las narices crece desmesuradamente. Zakefron no sabe muy bien qué hacer, e intenta animarles recordando que si no aprueban, no pueden estar en el equipo de baloncesto. Sí, Zakefron tiene maneras muy raras de animar a la gente. Todos se ponen de acuerdo en que eso es lo peor que les puede pasar (¿Cáncer? ¿Ser unos solitarios marginales toda la vida? Naderías comparadas con el hecho de que te echen de un equipo de baloncesto), y finalmente aceptan que la Chica desnuda les ayude. Que para algo saca sobresaliente en todo (¿personajes estereotipados? ¿Dónde, en High school musical? No sé, ¿dónde?). Así, tras rechazar que les vean en público con la Chica desnuda leyendo poesía –normal, yo también me escondería-, finalmente quedan en su casa. Por la noche. Muchos chicos y una chica. A mí me suena a lo que me suena. Grrrr. En fin, Zakefron y sus amigos empiezan la clase, que no tiene desperdicio. En primer lugar, la Chica desnuda les hace imaginar que están en un bosque, y tienen que decir lo que ven. Típica chorrada de clase de relajación en la que todos nos inventábamos cosas para parecer más interesantes (“Y veo un árbol con, uh, hojas de oro y un manantial de…eh…zumo de grosella. Eso, sí”), pero que aquí no funciona como debería. Negroguay ve bichos y serpientes, Zeke ve más bichos, Zakefron una babosa y Jason (¿Voorhees?) una mantis comiéndose una hormiga. ¿Queréis ver qué clase de poemas han realizado nuestros muchachos con semejantes delirios poéticos? ¿No? ¡Mala suerte!

-La babosa dejó un rastro plateado por la hoja del árbol
-Sigue-dijo Gabriella
-Solo he escrito eso-respondió Troy-. No se me ocurría ninguna palabra que rimara con “árbol”.
Gabriella frunció el ceño. Efectivamente, Troy había terminado el verso en una palabra que no tenía rima.
Menuda puntería.
-Está bien, Troy. Los poemas no siempre tienen que rimar-dijo, intentando mantenerse positiva.
Miró entonces a Jason y le pidió que leyera su poema.
Él asintió y comenzó a leer:
La mantis religiosa se comió a la hormiga/¡Y ella que pensaba que serían amigas!/Pero la pobre hormiguita le supo a poco/Y la mantis tuvo que comerse los m…
-¡Bueno, basta, para!-gritó Gabriella, estremeciéndose. Entonces, se aclaró la garganta-¿Qué has escrito tú, Zeke?
Bichillo asqueroso de veinte patitas/Si te ve mi hermana, fijo que vom…
Vaya, pensó Gabriella. Esto va a peor.

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Anatomía de Grey: Yo follo, Meredith folla, todos follamos

septiembre 17, 2008

Investigadores criminales, policías, alumnos de secundaria, desenterradores de cadáveres, asesinos en serie, amigos solteros en la treintena que comparten piso… En la vida real puede que no suceda, pero a nadie nos interesaría la maldita vida de ninguno de ellos si no fuera porque se lían entre ellos. Sí, sí, muy bien, has atrapado al capo de la mafia italiana y has recibido cuarenta tiros en el abdomen. Ahora, ¿vas a besar a Sarah o no? Porque tengo un mando y sé usarlo. Llega un punto en toda serie en que la premisa nos da lo mismo: Sólo nos importa si la protagonista resuelve su URST o, por el contrario, aun nos alargan el beso con el protagonista otra semana más. Si, de fondo, los secundarios viven o mueren, saludan a cámara o bailan La macarena nos da un tanto igual. Pero con matices. Sin llegar nunca jamás al límite que ha llegado, sobrepasado y orinado Anatomía de Grey, una serie que comenzó siendo un curioso dramedy (mitad drama, mitad comedy. ¡Oh, los anglicismos, qué acertados!) de médicos más donde los pacientes eran tan importantes como las tramas entre los personajes y que hoy por hoy es un drama en que los personajes –todos, sin ninguna excepción- sufren por amor y tienen por detrás un par de pacientes con tumores inesperados que lo mismo también sufren por amor para darle más dramatismo. ¿Queréis introduciros en el mundo del Seattle Grace, ese lugar sólo apto para personas con más aptitud para abrirse de piernas que para ser médicos? ¿No? ¡Mala suerte! ¡Seguro que al acabar el artículo, estáis enganchados! ¡Bwahahaha!

Lo primero es un resumen del argumento de la serie, para refrescar a los que la han visto y confundir a los que no. A ver. Ejem. Todo empieza cuando Meredith Grey, hija de la famosa doctora Ellis Grey (que tiene alzheimer y luego muere, así que no le importa a nadie) empieza su curso de interna en el hospital Seattle Grace con George (un buenazo que con el paso de los años se ha vuelto gilipollas), Izzie (una supermodelo que, además, es médico) y Cristina (una sádica a la que cualquier día podéis ver vestida de cuero en locales de sadomasoquismo). Los cuatro son los internos de la nazi, Miranda Bailey (que más adelante se queda embarazada y cree que eso le perjudica delante de la gente, aunque nunca jamás se vuelve a hablar de su hijo). Meredith había dormido con su jefe, el doctor Macizo, la noche anterior, sin saber que era su jefe. A partir de ese momento empieza una relación que si-que no que aun les dura. Y entre medias, Meredith se folla todo lo que pilla. Preferiblemente, desconocidos en un bar. Cristina, por su parte, se tira a otro de sus jefes, el gran cirujano –en el Seattle Grace no hay nadie mediocre: Todos son grandes cirujanos- Preston Burke, que la deja embarazada. Ella aborta sin preguntar a nadie y nunca más se vuelve a hablar del tema, pero mira, llenaron media temporada con la tontería. Más adelante Burke y ella salen en serio y están a punto de casarse, pero por una vuelta absurda del guión y porque era final de temporada y tenía que pasar algo, Burke la deja plantada ante el altar. George, por su parte, está enamorado de Meredith y se lía con ella una noche, pero ella empieza a llorar mientras se lo tira (no debe hacerlo demasiado bien, no), así que empieza una relación con la doctora Torres, que los productores introducen fortuita y horriblemente en la trama. Cuando el padre de George se muere, él decide casarse (quién no ha tomado alguna vez la decisión tras la muerte de un ser querido) y dos semanas después se arrepiente y se lía con Izzie que, oh sorpresa, lleva medio año enamorada de él sin que nadie lo supiera. Más adelante, la ya ex esposa de George se lía con una tía y arma la marimorena. Izzie, por su parte, sale con Alex Karev, otro interno-clon de House con el que no puede tener sexo por razones que nunca nos explicaron. Después, aparece un paciente, Denny Duquette, con el que tiene la única trama salvable de toda la serie. Al final, cuando se promete en matrimonio con él, se muere. Vaya por dios. Además, recibe un cheque por valor de varios millones de dólares que usa para construir una clínica gratuita con la que Bailey siempre soñó y que tiene la misma importancia en la trama que el cubo de la lejía. Luego parece que está enamorada de George y se besan mucho, pero claro, la chica lo pasa mal porque él está casado. Y entre medias, el jefe de cirugía rompe con su mujer para siempre, la enfermera Olivia se tira todo lo que pilla, la ex mujer de Macizo aparece dispuesta a volver con él pero en realidad se tira a su mejor amigo, el dr. Sloan, que sale de la nada dispuesto a comerse el mundo y al final es un secundario sin importancia, aunque se acuesta con la doctora Torres en un receso de su relación con George, Alex se enamora de una paciente a la que salva en un accidente y… Ejem. Me estoy dando cuenta de que PUEDE que no os estéis enterando demasiado bien de todo lo que ha pasado en Anatomía de Grey. Seguro que con este cuadro explicativo que explica las relaciones sentimentales entre personajes lo pilláis todo a la primera.

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Cine psicotrópico: Las aventuras de Zipi y Zape (y 3)

septiembre 16, 2008

Dejamos a Zipi, Zape y Oli yendo a un concierto de rock invitados por unas fulanas cualquiera mientras los malos les persiguen en su coche volador. Seguro que luego los niños iban a sacarse el carnet de conducir y terminaban con depresión múltiple. Seguro, por qué no. Bueno, los malos llegan a la sala de conciertos, donde un grupo infantil, Curroplastic (que existió en la vida real, para sorpresa de cualquiera) está dando su mejor actuación hasta la fecha. La cosa es que el festival de rock no es un festival sino un concurso de talentos presentado por un tipo que, supongo, era la leche en los 40 principales de 1981, así que no sólo Zipi y Zape tienen que actuar tocando la guitarra a pesar de que no hayan tocado una guitarra en su maldita vida, sino que, además, los malosos también deciden tocar ataviados con gafas de sol y pelo punk. Está claro que es un plan infalible para secuestrar a un niño: Tocar en un concurso pop-rock en una sala llena de preadolescentes. Qué malos con más cabeza, coño. Pero, de momento, escuchemos a Zipi, Zape y Oliverio tocando una canción que acaban de improvisar. Atentos a cómo mueven las guitarras sin tocar ni un traste de manera correcta.

Marcha, mucha marcha tenemos en esta noche rockera a tope. Yeah, colega. Zipi y Zape son tan marchosos que cantan una canción sobre una cometa de papel a la que se le entiende sólo la mitad de la letra. Por supuesto, la gente se mueve de manera espasmódica, al borde del éxtasis que diría el tal Mateo, Zipi y Zape sonríen felices y las letras siguen teniendo el nivel de la película en sí (“Les contamos el follón y nos reímos con ilusión”. ¿Con ilusión? ¿Vuestra madre os confisca la cometa de las narices y os reís con ilusión con vuestros amigos? Y, sobre todo, ¿QUÉ amigos? ¿Oli?).

Por supuesto, los malos no sólo no secuestran a Oli, sino que además suben al escenario haciéndose llamar Gafitas (¿se puede saber quién demonios les inscribió?) y, una vez allí, se electrocutan, consiguiendo sonidos efervescentes y, ya de paso, el primer premio del concurso: Un PUTO OSO DE PELUCHE GIGANTE. O sea, ¿qué clase de concurso de rock and roll da como regalo UN OSO DE PELUCHE? ¿Alguien se imagina a Robe de Extremoduro pegando satitos de alegría mientras Joaquín Luqui le da un oso de peluche gigantesco? ¿Y nadie se extraña al ver un grupo de mayorzotes tocando la guitarra como psicópatas entre niños? ¿Nadie les acusa de pederastia? Qué rara es esta película. En fin, de aquí nos vamos a clase, donde TODO EL MUNDO ha sacado un 10 (desde Sapientín hasta Peloto, Oli o el extra secundario nº 4) y Zipi y Zape un 0. Jo, qué inesperado. No les sirven ni las buenas influencias. Por lo menos, para vengarse, vuelven a romperle la silla a don Minervo, que mira a cámara y dice, guiñando el ojo, “Un día de estos les mandaré al infierno por diablillos”. Por nosotros como si les ensarta un tridente por el culo, don Minervo. De hecho, lo agradeceríamos. Y, ya de paso, a sus padres. Al terminar las clases, y por eso de avanzar la trama, los malos, disfrazados de chinos, secuestran a Oli. Sí, ya está. Toda la película haciendo planes absurdos cuando lo suyo era acercarse, cogerle y tirar para Cuenca. Mientras, la tía de Oli invita a un personaje… especial, digamos, para resolver el misterio del secuestro. Este video debe ser el mayor estereotipo racista desde 4chan.

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Random walk: Vomitando corazones y confetti sin parar (2)

septiembre 15, 2008

Yuka es una adolescente ligera de cascos que se tira todo lo que pilla porque su padre se  lo recomienda para ser una mujer 10. Esto es todo lo que necesitáis saber si no leisteis la primera parte para entender la segunda. Sí, ¿qué esperabais? ¿Las crónicas de Dragonlance?

Yuka recuerda que su padre, de pequeña, ya le comía la cabeza con lo de ser una mujer diez. Que si no temas al desamor, que si líate con todos los que puedas sin miedo a romper… Vamos, las típicas cosas que un padre le dice a su hija de ocho años: No veas la tele con la luz apagada, no juegues al GTA, fóllate a todos los tipos que puedas, come mucha fruta. Plátanos, a poder ser. Ju. Pero el recuerdo es un simple recuerdo y, hoy por hoy, Yuka está deprimida por la falta de novio. En las clases particulares con HB, éste le consuela y, para premiarle por el intento, Yuka pone cara de conejito. Si estoy reseñando esto, podéis haceros una idea de cuán interesante es el cómic en sí.

De vuelta al instituto, Yuka nos presenta a Saori, una chica a  la que quiere parecerse porque es “guapa, simpática y hace unas fotos de flores preciosas”. Ya sabéis, los tres axiomas de la feminidad: Belleza, buen trato y capacidad para poner la obturación y el zoom en la posición correcta. Saori regala una cámara a la pavisosa de Yuka y se marcha, como buen recurso argumental forzado que es –por ahora-. Así, mientras Yuka hace fotos a una mariquita, aparece de la nada Sephirot, aquel chico que le miraba al final del episodio anterior. Se ponen a hablar, sueltan cuatro frases bobas y, claro, no podía pasar otra cosa.

Chico que habla con ella, chico del que se queda prendada. Dios santo, alguien debería ponerle una barrera de contención o una campana que la aísle del resto de la humanidad, que cualquier día aparece el panadero y termina saltándole al cuello (“¡Qué chico tan guapo! ¡Y además me ha hablado! ¡Voy a besarle! ¡Es mi tipo total!”). En fin, tras una charla tipicorra con mamá Yoko (no me miréis así, yo no he puesto el nombre), ésta le propone a Yuka aparecer de modelo en la revista Cool teen, sección Cool mate. Que alguien mate a alguien, por favor. Sin pensárselo dos veces, Yuka dice que claro, por qué no ganar una pasta a costa de enseñar su cuerpo, y corre a fotografiarse. Además, para ella probablemente sea muy sencillo entender las indicaciones del director. Ejem.

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