Todos somos odiatóders

Hace hoy exactamente seis años, todo estaba preparado en la redacción de El Jueves (y con “todo” me refiero a “un artículo programado”, tampoco os creáis que eso era la NASA) para dar salida a El Blog Del Friki De El Jueves. Justo antes de su salida, y gracias al cielo, alguien en las alturas decidió cambiar el nombre por el de El Blog De Randy, y modificar la imagen del gordo granudo comiendo Phoskitos que tenían en la cabecera por la mía. Vamos, que me quitaron los Phoskitos de la mano. Fue de agradecer. Cuatro años después y tras 325 entradas (que se dice pronto. O más pronto al menos que “esternocleidomastoideo”), el Blog Del Friki De El Jueves cerró sus puertas. Desde entonces, centenas de comentarios (¿Qué digo centenas? ¡Decenas! ¡Unidades! ¡Bueno, me los escribía yo mismo! ¡Dejadme en paz!) comentaban lo mismo: “¿Cuándo vuelve El Blog de Randy?”; “¿Por qué no un retorno más espaciado?”; “¿Es verdad el rumor de que cría un mapache llamado Ramiro entre sus carnes prietas?”; “¿Por qué dicen cupcake cuando quieren decir magdalena?”. En fin, ya saben: Las típicas preguntillas que a todos nos han hecho. Finalmente, seis años después del inicio del blog, creo que ha llegado el momento de contestar a todas estas preguntas (menos a la de Ramiro. ¡Es amor verdadero, ¿vale?!). Por favor, buscad una música de emoción e intríngulis y ponedla ahora, por eso de mantener la tensión de merde que hemos creado. ¿Pero cómo que no tenéis una en vuestro disco duro? Bueno, vale, el opening de Mi Pequeño Pony tendrá que valer. Ay.

Así es: Volvemos (hablo en plural para que parezca que esto es muy serio y profesional y lo llevamos entre un gran equipo, siempre atentos a la mordacidad y el humor, pero vamos, que no, sigo siendo un pringado atado a un vaso de Coca-Cola). Y ojo: Volvemos con artículos diarios, al estilo de antaño. Eso sí, con fecha de caducidad: Cuando pase un mes, o sea, el 30 de septiembre, cerramos el chiringuito, con las sangrías y las tortillas de patatas podridas (también conocidas como “¡De oferta!”) incluídas, hasta el año que viene, no vaya a ser que se me acostumbren. ¿Se imaginan que cerráramos el 30 de septiembre con un Furibundo Espectador? Bueno, qué locura. ¡Pues no será la única! (por favor, inserten gritos de “¡Ooooh! ¡Randy se convertirá en Jpelimala!”).. Además, tendremos críticas de discos, de pelis mugrientas, cómics imposibles, videojuegos inauditos y las reflexiones y chorreces habituales. Y, por supuesto, mucho, mucho odio.  Pero basta ya de presentaciones sosainas, porque aquí es donde quería pegar un frenazo (solo como precalentamiento, ¡no se vayan! Eh, ¿a dónde van con esa cara de “Ya se lo he leído a Bóinez”, malditos?) y explicar el tema del odiar todo muy fuerte, amar todo locamente y el Internet bobo que nos ha tocado vivir hoy por hoy.

Así es como debería haber hecho la presentación: Con una Mega Drive en la mesa, una pantalla azul y una señora ignorando las preguntas del público

Así es como debería haber hecho la presentación: Con una Mega Drive en la mesa, una pantalla azul y una señora ignorando las preguntas del público

Ayer estaba tomando algo con mi señora madre, que viene de vez en cuando a Madrid para decirme que la casa está muy sucia y para gritar “¡Cuidado!” cada vez que voy a cruzar la calle y viene un coche a veinte kilómetros de distancia (“¡Dios santo, mi hijo vive en esta ciudad todos los días! ¡Debo protegerle de todos los peligros que ya conoce, como la tapa de ensaladilla rusa o, en fin, estar vivo!”), y se puso a hablar de un monologuista muy gracioso de El Club De La Comedia. Eso, por lo general, ya le hace a uno resoplar fuerte, no solo porque los chistes sobre los problemas con tu novia y sobre los años 80 se agotaran oficialmente en noviembre de 2009 (¿Cómo? ¿Que existen monólogos sobre otras cosas? ¡Sí, claro! ¡Y el próximo evento Marvel va a cambiar todo para siempre!), sino porque, por lo general, el noventa por ciento de los monologuistas tienen tanta gracia como ser torturado por un grupo de terroristas vietnamitas, como ser esclavizado por un loco millonario o como volver a ver Ally McBeal. Pese a todo, uno puede aceptar sin refunfuñar que alguien guste de Luis Piedrahíta (“¿Se han fijado en lo curiosos que son los agujeros de los DVD? Son como un agujero estelar que… Sí, vale, me he quedado oficialmente sin temas. Iré a la churrería de mi madre otra vez”), Goyo Jiménez (“Y los americanos dicen Hello y nosotros decimos Hola. Pero no lo digo: Lo hago. ¿Eh? ¿Eh? ¡Sigo teniendo ideas! ¡Rían, malditos!”) o Joaquín Reyes (“Pues resultarrrrllllajaaarlllendemooorrrl”), entre muchos otros. El problema es que de la boca de mi madre salió el nombre maldito. Sí, exacto. Ese que dicen que pronunciado al revés hace aparecer a un diablo andalú mu grasioso olé pescaíto frito. Dani. Rovira.

Juro que fui comedido. Que lo que dije fue “Joder, pues a mí no me hace ninguna gracia”. Mi madre, por algún motivo, debió interpretar que estaba cagándome en Satán y toda su estirpe, pues empezó a decirme que odiar está muy mal, que no se puede odiar a la gente así como así, que soy un odiatóder del copón bendito y que oye, si ha llegado donde está, por algo será (porque los golpes de suerte y las fellatios a buen ritmo no existen en el mundo audiovisual, claro está). Debo aclarar que no odio a Dani Rovira (o no, al menos, en el sentido normal de la palabra). Me parece que no tiene ni pizca de gracia y si fuera por mí, entraría en el limbo de los cómicos desaparecidos en combate junto a Jaimito Borromeo o El Tercero de Martes Y Trece (nombre que, realmente, espero que este señor tenga en el DNI), pero lo cierto es que me produce una total y absoluta indiferencia. Indiferencia de la que te causan los anuncios de Cañín (tan solo espero que el publicista que dio la idea se haya tirado ya por un puente) o el hermano de JPelirrojo. Pero en medio del rapapolvo, no pude pensar en que, hoy por hoy, nadie parece ver la diferencia entre “no gustar” y “odiar”. Es más: uno diría que los términos medios no pueden existir hoy en día. Nein. Nante. Hutz. Cero. O es la mejor cosa que has visto en toda tu vida o la odias a muerte. ¿Cómo osas opinar que tiene puntos buenos y puntos malos? ¡So subversivo!

Drogadicción: La ayuda del publicista sin imaginación

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De un tiempo a esta parte, lo que mola en Internet es odiar. Odiar mucho y sin razón ni motivo aparente. ¿Que Ben Affleck será Batman? ¡Ignoremos que puede tener sus puntos positivos! ¡Odiemos y boicoteemos la película! ¿Que Nintendo va a sacar una consola feísima, pero que, como ya tengo la anterior, ni me va ni me viene? ¡Odio! ¡Muerte a Miyamoto! ¡Que le cuelguen de los Pikmins! ¿Que alguien hace algo? ¡Mal! ¡Muerte y destrucción! ¡Suicidios en masa! ¡Perritos muertos! La moda de odiar absolutamente todo (¡Películas! ¡Perros! ¡Niños! ¡Patos! ¡Frutos secos! ¡Camisetas!) está llegando a límites inconcebibles: El otro día, una famosa revista (cuyo nombre no puedo dec… Oh, vale, era la Hobby Consolas copiando a la Rolling Stone. Ya ven, duelo de titanes) publicó una lista de las 10 peores películas de superhéroes de la historia, entre las que se encontraban Hulk, Superman Returns o Los Cuatro Fantásticos (actuales, no los de Roger Corman, no vaya a ser que la lista tenga algún sentido). Y si la lista fuera “Las 10 películas de superhéroes más insulsas pero que tampoco estaban tan mal de la historia” (¡Top Ten políticamente correctos! ¡Esto es el futuro! “Las 10 cosas que puedes comprar o no en el Mercadona y que están más o menos bien dependiendo de tus gustos”, “Los 10 viajes que no están muy bien pero bueno, somos privilegiados por poder viajar así que aguántate”, “Las 10 películas menos buenas de la historia del cine, aunque seguro que hechas con mucho esfuerzo, ¿y acaso eso no las convierte en las mejores?”) estaría más o menos de acuerdo: No son grandes películas, todas tienen defectos y podrían estar mejor, pero… ¿en serio son las peores películas de superhéroes de la historia? ¿Peores que 3 Dev Adam? ¿Que Spiderman Y El Desafío Del Dragón? ¿Que Superman Contra Los Hombres-Topo? Ya no es solo odiar por odiar: Es odiar sin saber, sin un objetivo definido, como un soldado matando a los suyos porque, en la refriega, no tiene ni pajolera idea de quiénes son los malos y quiénes los buenos. Vamos a cargar contra esta película porque existe. Y ya sabes, si existe tiene posibilidades de ser mala. Y si tiene posibilidades de ser mala, debe ser odiada.

Y si hay gente que lo odia todo, hay gente que se queja de la queja, con doble salto mortal con tirabuzón incluido. Pum. Inception. Si fuera por algunos, nuestro día a día se basaría en ver Ciudadano Kane, Breaking Bad y escuchar a Mozart, monóculo en ojo y pipa en boca. ¿Para qué sufrir algo malo si puedes disfrutar con cosas buenas? ¿Es que nos gusta odiar? Dejad que os explique cómo veo este rollo, porque posiblemente muchos estéis refunfuñando en vuestros hogares y diciendo “Pues tú bien que odias todo y bien que te quejas por todo. ¡Hipócrita! ¡Tontaco! ¡Randy dimisión!” (o pensándolo, por aquello de que hablar solo es más propio de la locura que de una mente sanota). A lo largo de los años he ido cosechando bocas abiertas (no por lo que estáis pensando, marranos) y sorpresas generalizadas al afirmar que no odio High School Musical 3. Es disparatadamente mala, sus actores son penosos, las tramas son más blandas que una Mano Loca y las partituras de las canciones habrían dado mejor uso como manteles en un Burger King, pero no la odio. Es más: La tengo cariño. Estoy convencido de que la crítica de algo chungo es más divertida cuanto más cariño le tengas al bodrio en cuestión, y que, de hecho, el odio natural solo lleva a escribir tonterías en FilmAffinity del rollo “POS K MIERDA EL SUPRMAN K DSTRZA LA CIUDAD AJAJJAJAJAJAJ”. Criticar lo que no nos gusta, reírnos de las cosas malas que han hecho los demás, es bueno y normal. Es más: Estoy seguro de que, si solo nos alimentáramos de obras maestras, al final terminaríamos riéndonos del más mínimo fallo de la obra maestra más menor de todas. Pero una cosa es que sea normal reírse de las cosas que son objetivamente malas (las hay: The Room sirve como perfecto ejemplo) y otra creer que todo lo que nos rodea es digno de mofa y befa. Ja, ja, qué puta mierda Lo Que El Viento Se Llevó, ¡la odio porque dura mucho y los actores son viejos ahora! Oigan, que no. Que tampoco es eso.

¡A fregar!

¡A fregar!

Pero claro, las cosas se salen tanto de madre en este mundo 2.0 tan idiota en el que vivimos, que hoy por hoy estoy convencido de que la III Guerra Mundial no comenzará por el Gas Sarín o por los complejos tejemanejes políticos entre países asiáticos, sino porque los fans de Hora de Aventuras arremeterán contra los que odian Hora De Aventuras. Y si te quedas en un término medio y no te decantas por uno de los dos lados, prepárate a morir por no pensar como alguno de los demás. Te lo tenías ganado, reconócelo. Por cada fanático a muerte de la película del milenio de la semana que aparece en cartelera, aparece otro que afirma odiarla con toda la saña y fuerza de su corazón. Queremos ser tan políticamente incorrectos y nos hace tanta gracia odiarlo todo que, poco a poco, hemos ido eliminando los suficientes, bienes y notables de las calificaciones: Si un videojuego tiene menos de un 9, es una basura. Si una película no tiene cinco estrellas, no merece la pena. Si un video de Youtube no tiene 8.000 Megustas no merece la pena. Y, al final, esto está haciendo daño a la manera en que vemos el mundo. Ya no hay matices: Todo es bueno, o todo es malo. Y punto. Si es malo, mejor, que nos echamos unas risas.

No os quiero engañar, porque total, para qué: En este mes que nos queda por delante vais a ver pasar por aquí cosas terriblemente malas y comentarios muy dolorosos con respecto a ellas, pero no penséis ni por un momento que odio los cómics, las películas o los discos en cuestión. Les tengo el cariño que se le tiene a un perro feo o a una escultura hecha por un niño de dos años y medio con arcilla (solo que, si me río de ello, su madre no se me va a tirar encima bolso en ristre). Se trata de intentonas tan fallidas que solo puedes sonreír, señalar con el dedo si te dejan y seguir adelante. Eso es exactamente lo que intenté explicar a mi madre que me pasa con Dani Rovira, El Club De La Comedia y la caterva de monologuistas sin puta gracia que pueblan nuestro país, justo antes de que ella dijera lo mucho que odia esperar en las colas para subir al tren. Lo que les digo: Al final, a todos nos encanta odiar. Todos somos Odiatóders.

Cortesía de Malputo, la persona con el mejor nick del planeta

Cortesía de Malputo, la persona con el mejor nick del planeta

Entiendo que este post tampoco es que os haya dado mucha risa, pero esta semana les espera la reseña de un disco radikal ke te kagas, un top 10 que no se esperan, la crítica de una película de parodias tan graciosas como una patada en el epigastrio y, claro, las clásicas noticias. Y allí ya resolvemos la tristemente mayor incógnita del retorno del blog. Gracias por estar ahí, oigan. Yo también les odio. 

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26 respuestas to “Todos somos odiatóders”

  1. Starsky Says:

    Primer comentario.

  2. Vrede Says:

    Ay, el odio. En realidad el problema ya lo has señalado: no puede haber término medio. Y más en las redes sociales, donde vas a ver a mucha gente defendiendo a capa y espada lo maravillosa que es una peli/serie/libro y que es revolucionaria, el Ciudadano Kane de los videojuegos o alguna frase precocinada de crítico de La Razón frente a los odiadores transgresores (esto es, decir que algo es mierda me hace ser malote, ergo todo es mierda para yo convertirme en el puto amo del caos huehuehue mami me quema el nesquick enfríamelo porfi).

    Teniendo a esos dos grandes grupos (que no son todos, que hay gente que usa el cerebro, ¡Hay pensadores!) el término medio se va a la mierda por una sencilla razón, y es que ninguno argumenta. No hay en la cartelera actual una película de 10, puede ser genial pero tendrá sus contras. Es tan sencillo como analizar y señalar todos los aspectos. ¿Cuáles son tus motivos para decir que esto es una joya perfecta, impoluta, única y que nadie va a superar hasta que veas una nueva peli el mes que viene? Exponlos. Dime cómo llegas a esa conclusión, ni actúes como un imbécil ni me tomes a mí por otro.

    El verdadero problema es el cerrarse en banda y no argumentar. Mire con Kick Ass 2, a usted no le gustó y… Espere, no le gustó. Y a mí sí. VÁYASE A LA MIERDA, PEDAZO DE SUBNORMAL, AHÍ LE CIERRE EL BLOG SU MAPACHE Y LE DEVORE EL ESCROTO.

  3. Fosforo Says:

    «Ya no es solo odiar por odiar: Es odiar sin saber, sin un objetivo definido, como un soldado matando a los suyos porque, en la refriega, no tiene ni pajolera idea de quiénes son los malos y quiénes los buenos.»

    «Queremos ser tan políticamente incorrectos y nos hace tanta gracia odiarlo todo que, poco a poco, hemos ido eliminando los suficientes, bienes y notables de las calificaciones: Si un videojuego tiene menos de un 9, es una basura. Si una película no tiene cinco estrellas, no merece la pena.»

    No lleva usted dos días y ya ha escrito una cosa que me hubiera gustado escribir a mí. Vaya a la mierda Randy. A la puta mierda.

  4. Superlayo Says:

    Pues a mí me han dado risa los primeros párrafos, oiga. Respecto al meollo del asunto, el «odio» entre comillas en Internet es (quiero pensar que en la mayoría de los casos, o al menos con los que me relaciono yo), una careta que ponerse respecto al mundo. Y como usted dice, una careta divertida.

    Yo critico de vez en cuando cosas; a veces me encuentro cosas que me tocan la moral, pero es simplemente una forma de expresarlo con cierto humor, lo que se entiende como odio. Una exageración que me permite quejarme (que no se engañen los futboleros, ese es el deporte rey en España, y el que no peque de ello que tire la primera piedra) con cierta gracia (aunque a veces sea para uno solo).

    Desde luego, es probable que yo no sea el mejor ejemplo de lo que hablas… Soy relativamente comedido en mis opiniones, y una crítica feroz a algo la olvido salvo que me vuelvan a sacar el tema. Si tuviese que decir que odié algo (a día de hoy me molesta recordar los puntos que me irritaron) fue el musical del Rey León como ya les comenté en su día, porque por varias razones me tocó la fibra.

    El peligro, claro está, es que caigamos en no saber distinguir donde está el juego. Que fagocitemos un personaje que nos hemos creado en la red para entretenernos, y seamos incapaces de marcar un criterio estable; que terminemos como el Tonino de las Cronicas PSN, cuyas críticas variaban entre «Obra maestra» y «P*t* mierda».

    Y que hay gente que no entiende el juego, y piensa que criticar es odiar, o no gustar nada. Es un debate que ya corre desde hace tiempo no sólo con usted, sino con Bóinez, Fósforo y más gente; lo sorprendente es que haya quien se lo tome en serio, pero en este mundo hay gente pa to’.

    En fin, que nada más: feliz regreso (aunque sea con fecha de caducidad), y ya nos vamos leyendo.

  5. mariods86 Says:

    Al final, es lo mismo. El amor incondicional cansa y el odio exacerbado cansa. Con lo bonito que es un término medio, o sencillamente contrastar las virtudes y defectos de una serie/peli/juego. No digo que no pueda ser divertido burlarse de «qué cosa más chorras, idiota o lo que sea» cuando en tu opinión los defectos de algo superan a las virtudes. Pero no hasta el extremo de escandalizarse solo porque una persona venga a decir «pues a mí me gusta». Si se exponen bien las razones por ambas partes, todos contentos. Son formas de expresarse, se han de entender como tales. Pasa que cuando esa forma de expresarse roza el desprecio hacia otra persona y uno empieza a meterse con la inteligencia de alguien por gustarle/no gustarle algo, y el atisbo de broma o burla ha pasado a mejor vida, estamos desviándonos de lo que significa el concepto de «opinión».

    ¡Muy contento de este regreso! A ver con qué nos sorprendes estas próximas actualizaciones. :)

  6. Neyebur Says:

    Lo he pensado más de una vez, antes la gente iba al cine a disfrutar de las pelis, sobre todo si iba con los amigos, para así comentarla después. Pero ahora parece que van con la lupa queriendo buscar cualquier cosa que poder criticar o usar para pelear. Parece que ya la gente va al cine queriendo pasarlo mal (he leído comentarios del tipo «sabía que no me iba a gustar pero fui a ver esa peli»).
    Pero tampoco los que disfrutan las pelis se salvan de esta nueva oleada de odio. Suelo entrar en un blog de pelis de superhéroes y ya es raro el día en que no veo una guerra en los comentarios discutiendo sobre cuál es la peor/mejor película de superhéroes del mundo. Muchas veces esos fanboys hacen que odies la peli que defienden tan rádicalmente con insultos solo por su pesadez. Me gustan los Batman de Nolan, pero ya estoy harto de leer en cada artículo, aunque sea de Marvel, que es la mejor saga jamás hecha y quien no esté de acuerdo es un GILIPOLLAS lameculos de Marvel que no entiende de cine.
    Parece que hoy en día algo no te puede simplemente gustar o dejarte indiferente, con cada peli, serie, cómic o disco que salga se forma una guerra en la que te obligan a escoger bando porque si no serás devorado por ambos, es lo único en lo que se ponen en común las dos facciones, solo hay algo peor que no pensar como ellos, mantenerte indiferente.

    Y después de este rollo, bienvenido de nuevo, caballero.

  7. creo_que_me_ponía_joXer Says:

    ¿En serio el mundo se ha vuelto tan gilipollas? ¿O todo o nada?
    Yo pensaba que esto iba a ser una moda provocada por el botoncito de «me gusta», pero veo que va para largo.

    Y nada Randy, un placer verle rular de nuevo!

  8. Iturbinho Says:

    El odio está bien. Pero si se usa poco. Si lo odias todo odias flojo. Si concentras tu odio en pocas cosas muy infectas, sabe mejor. Ésa es toda mi aportación. Bienvenido de vuelta.

  9. Calave (@iCalave) Says:

    Respecto al tema de odiar o ser comedido, depende tanto de la persona como de la finalidad del asunto.
    Si usted, o Bóinez, o Fósforo o cualquiera que exprese su opinión un poco más profundamente que con 140 carácteres, hace una crítica sobre un tema, entiendo que es normal exagerar los puntos que detestas del asunto. Al fin y al cabo intentas remarcar que algo no te gusta, no harías una crítica sobre una película que «no me ha gustado pero bueno, tampoco está mal, es más que yo no soy mucho de ciencia-ficción». Tienes que intentar vender la crítica, ser agresivo, aunque no quiera decir que lo odies en el sentido más estricto de la palabra.

    Luego hay otra gente que realmente odia o ama algo, y que te lo dice así, sin tapujos, sin argumentaciones. Quiero creer que esa gente ha oído que tal cosa está mal y se suma al carro felizmente. Bueno, esta gente debería ordenar sus ideas antes de intentar convencernos de qué hay de bueno o de malo en algo.

    Yo por mi parte siempre intento ser objetivo en mis opiniones (paradójicamente), me puede gustar algo pero sé que no es perfecto y entiendo que a alguien no le guste. Soy consciente de que mi serie preferida tiene capítulos aburridos y de que mi cantante favorita no tiene una gran voz. Por eso, salvo en contadas excepciones, no recomiendo cosas a los demás si no me piden opinión, ni digo que algo no me gusta si no me sacan el tema, así evito provocar justo el sentimiento contrario.

    Por cierto Randy, felicidades por reabrir el blog, tengo ganas de un nuevo Furibundo Espectador (ya que todos los demás los vi en diferido).

    • Fosforo Says:

      Todo depende. Para mí, en mi blog, hacer una reseña de 3000 palabras sin usar el humor, con mero afan periodístico divulgativo, no es gratificante. No me divierto. Igual es culpa mía que en lugar de leer los Cahiers du cinéma leía este blog hace unos años, pero me lo paso bien haciendo chistecitos, metiendo fotos de tías buenas y jugando con un personaje que piensa parecido, pero no igual a la persona.
      Y sí, en ese tipo de situaciones, las posiciones intermedias y comedidas dan poco juego a la comedia.
      Pero lo que no entiendo es la gente que intenta sentar cátedra de verdad con esas actitudes. Gente sin un ápice de humor en sus palabras, solo odio y mala baba. Eso sí que no lo entiendo en absoluto, dudo que se estén divirtiendo, y desde luego, nadie va a tomarse en serio esa mierda. Salvo algún gilipollas igual de tarado.

  10. Varo Says:

    Feliz regreso señor Randy, aunque en realidad es una falsa felicitación, pues le odio, como odio todo :P
    Na, en serio, estoy de acuerdo con lo escrito, ahora parece que a la gente le gusta odiar cosas y decir que todo es una mierda para hacerse el interesante, y lo más gracioso es cuando te dicen cosas como que tal película o libro es una mierda y luego resulta que ni lo han leído, pero como la gente en Internete dice que es malo pues oye, tendrán razón.
    Yo pocas cosas odio, por ejemplo, y en referencia a algo dicho anteriromente, las películas de acción en plan Steven Seagal o Van Damme son malas, pero me lo paso pipa viéndolas aunque sea por los superguiones que tienen y las peleas imposibles (vease Pacific Rim como ejemplo más actual, que parece que es una basura pero oigan, la fui a ver con la idea de lo que era, película de hostias, frases fáciles y entretenimiento ligero y salí del cine bien contento). Todo tiene su lado bueno y malo, pero oye, queda mucho mejor decir por sistema que tal o cual es una mierda (salvo Spiderman 3 y Crepúsculo, oooh eso sí que… ejem), sobre todo cuando es algo que se convierte en éxito mundial. Tengo un ejemplo en un amigo que dice que odia Hora de Aventuras por el mero motivo de que conoce a mucha gente que lo ve, y ha llegado a decir «Es una mierda fijo, pero vi un capítulo y lo quité a los dos minutos porque era basura».
    Y esa anunciada guerra de los fans y detractores de Hora de Aventuras será la guerra que termine con todas, y entonces nuestro universo sí que cambiará para siempre.

  11. Jorge Suárez de Lis Says:

    Pues para reirte de Joaquín reyes con un «Pues resultarrrrllllajaaarlllendemooorrrl» bien que usas la palabra odiatóder, que es más suya que tuyos los chistes sobre… los… eh… LO QUE TENGAS TÚ.

  12. paco Says:

    Entonces es como cuando se estrenó House y todos tenían que ser brutalmente honestos más o menos, ¿no?

  13. J. Cuervo (@JCuervo013) Says:

    Podría escribir un comentario amplio y detallado sobre todo lo que ha escrito, pero es todo tan PUTA MIERDA QUE NO HAY POR DÓNDE COGERLO, QUE ADEMÁS EL TEXTO TIENE MUCHAS LETRAS Y… va, en serio, con esto demuestra por qué es el Padre del Odio señor Randy.

    El problema es que la gente ha perdido el norte y no han entendido nada, no han sabido de qué va el juego y lo peor de todo, no han conseguido afinar el criterio durante la marcha. Y esto es triste, es muy muy triste. Porque tan divertido como hacer un chascarillo graciosete sobre una película reseñada en Cinecutre es haberla disfrutado con unas cervezas y unos amigos al lado. Como bien dice, hay un encanto especial en las cosas que «odiamos» y es que realmente no las odiamos, nos reímos con ellas y de ellas. Es una relación extraña pero divertida.
    Es una pena que las personas que bailan peligrosamente de un extremo al otro no sean capaces de disfrutar de una forma o de otra, esa gran escala de grises que está presente en toda obra cultural.

    Ay, bienvenido de vuelta señor Randy.

  14. Malleys Says:

    ¿Seis años ya? cielo santo, me siento viejo.
    Que Starsky haya escrito el primer comentario es maravilloso. Todo esto es entrañable, diablos, y el post estupendo.

    Aunque me gustó más el que escribió Rondo.

  15. fernanj Says:

    Iba a escribir una chorrada sobre el tema, pero en su lugar pondré algo más sencillo: ¿Será que odiar une a la gente?

    Septiembre. El nuevo show de «JPelirrojo y Sus Amigos» por un extremo, Randy volviendo a escribir por el otro extremo (si al final lo de los extremos y el odiar no esta nada mal para echar la tarde). Yo después de todo me tragaré las dos cosas, y lo que echen por National Geographic.

  16. griseomitran Says:

    ¡La leyenda ha vuelto!

    A mí no me engañas. Todo esto es para protegerse de comentarios de posibles odiatóders que vengan a «defender» a su «preciado tesoro» (del cual al resto de los mortales no le gusta) el cuál ha sido devastado y destruido pieza por pieza por los comentarios de Randy.

    ¡Re-bienvenido!

  17. Chuck Draug Says:

    Pues como todo el mundo dice, re-bienvenido a las tierras blogueras, señor Meeks.

    Y me parece un tema interesante con el que abrir esta nueva etapa. Porque sí, parece que ahora si algo no te gusta ya es que lo odias. Que te etiqueten como un Odiatóder así como así es, desde luego, la moda actual.

    ¿Dices «está bien, pero…»? Odiatóder.
    ¿Dices «es genial, salvo por…»? Odiatóder.
    ¿Dices «es malo, pero tiene cosas que están bien…»? Odiatóder.

    No hay grises ya: o sobresaliente o suspenso, o lo adoras o lo aborreces. Puede ser con cualquier cosa: que si el Batman de Nolan, que si El hombre de acero, que si Hora de Aventuras, que si Pacific Rim… La cuestión está en que ahora es un «o conmigo o contra mí».

    Todos hemos pecado alguna vez de soltar ‘bilis odiatóder’, pero en la vertiente de que aunque algo tenga aspectos positivos remarcamos los negativos. ¿Es que lo disfrutamos? Seguramente no, pero nos gusta dejar claro por qué algo no nos gusta. Igual que si algo nos gusta remarcamos lo positivo, para reforzar los argumentos que hay tras nuestros gustos. El problema está en que aunque hagamos un equilibrio entre hablar de lo positivo y de lo negativo, muchos se quedan con el «me gusta» y el «no me gusta». No ven los argumentos, solo ven la opinión. Y eso es muy molesto.

    Molesto porque, por ejemplo, el así llamado Trío Odiatóder (¡genio, Malpu!) ha puesto argumentos para decir si algo les gusta o no (y sí, hay cosas que les gusta, aunque sus detractores no lo vean). No veo a Fósforo, Vrede o Bóinez odiando porque sí, pero parece que llama más la atención cuando algo no te gusta o cuando no sigues el supuesto sentir general, y más cuando das razones. Es decir, si te gusta Pacific Rim pero le sacas puntilla a algo que no te gustó de la película y lo explicas, para algunos es que no te gustó de verdad (por fortuna, aún queda gente sensata que acepta que te guste algo y aun así saques algún fallo).

    Pero también está el efecto contrario: dorar demasiado la píldora a la gente. Y ahí es cuando ocurre lo que comento yo de que de pronto te conviertes en la voz discordante. Cuando la gente ha puesto entre algodones a algún vlogger, o a algún webcomiquero, y llegas tú, con tu buena intención de compartir tu opinión, y sus hordas de fans se te echan encima. O el propio autor, incluso. Créeme, de esto último lo he sufrido también.

    Se usan demasiado a la ligera, incluso de coña, las palabras ‘odiar’, ‘hater’ y sinónimos varios. Y muchas veces ni nos paramos a pensar si de verdad sabemos lo que vienen a decir o por qué tenemos que empeñarnos en que todo sea blanco y negro.

  18. Un tipo con boina Says:

    Esto es un regreso como mandan los cánones.

  19. Thanos Says:

    ¡Ole! ¡Randy ha vuelto! (Yo ya lo sabía, pero bien esta decirlo) Encantado de tenerle de nuevo por aqui, aunque solo sea por unos días.
    Mi opinión del tema ya la han dado varios por ahi arriba, creo que en muchos casos el termino «odiar» se mezcla con el «no me gusta» (esto por cierto, me lo decia mi madre cada vez que yo le decia de pequeño que odiaba las lentejas. Aun lo sigo diciendo)
    Yo casi siempre me he considerado estar en un termino medio relativo, hay muy pocas cosas que odie y muchas a las que no presto atención porque no me llaman, la verdad.
    Creo que hay que respetar las opiniones, sin imponer las tuyas, que para algo ninguno somos la personificación dde la objetividad.
    Saludetes, y ya nos veremos por aqui estos días. ¡Rebienvenido!

  20. Paradox Says:

    ¡Ha vuelto!¡Sin forma de chapas!

    Nada nuevo bajo el sol: a veces, nada como una crítica sardónica para ejercitar a habilidad de detectar recursos narrativos (o “tropes”, si son gustosos de cierta página web) y argumentos que se unen mal: yo opino que tiene el beneficio de ayudar al crítico a saber separar el grano de la paja y, a la larga, diseñar mejores historias si en un futuro se anima a crear una propia (porque, oigan, crear cosas es inherentemente chulo y divertido). Además, si se usa el sentido del humor, es más fácil tomarse una mala obra como un “chiste”: o sea, esperas que ocurras cierta situación y, a pesar de todo, ocurre algo inesperadamente distinto. ¿Qué otra reacción queda sino reírse? Pero, claro, un chiste hay que saber contarlo. Así hará gracia aunque lo hayas oído mil veces. Si es malo, siempre puedes añadir algo de humor señalándolo.

    Y eso se le da bastante bien, señor Randy. Le odio tanto por ello como seguro que usted odia a los frikis (¿eh? ¿eh? ¿Referencia interna? ¿Choca esos cinco? ¿No? ¿Nadie? ¿Seguro? Jo…) así que me pasaré de nuevo por aquí. Que le vaya bien

  21. Lord Urko Says:

    Yo me reafirmo en lo que pensaba en agosto. La mayoría de gente somos indiférenters, que en cuanto nos dan una pequeña tribuna en la que expresarnos (como acaba siendo tuiter) nos encanta aparentar

  22. Vikutoru Says:

    Lo peor de todo es que la moda de odiar en internet está traspasando la frontera digital y la gente está ultratontificada. Blogers, Youtubers, Twiters, Gamers, podcasters y más cosas que acaben en «ers»… Esta es la juventud que va a pagar mi jubilación. Lo llevamos claro…

    Antes amado, lo que odio internet ahora

  23. Txarko Says:

    Es una reputísima alegría tenerte de vuelta chaval.

  24. Yaoiera Says:

    AAAAAAARG!! te odio a ti!!! justo a 2 días de exámenes importantes… y descubro que hace un año que esto estaba activooooooorrr… aarg…

    TE ODIO TE ODIO TE ODIO… sabes que el odio a veces tambiés es un recurso psico… mh, es igual… :D que me pongo demasiada filosófica-científica… PENES!!! PENEES!! :D Xdd AARG… no podré leer artículos waaaaais, y quierooo leerlos…

    ¬¬… me voy a estudiar.. xD joder… me encanta tu forma de escribir, como decía dalí:

    Declaro la independencia de la imaginación y el derecho del hombre a su propia locura.

    – El payaso no soy yo, sino esa sociedad tan monstruosamente cínica e inconscientemente ingenua que interpreta un papel de «seriedad» para disfrazar su locura

    – El que quiere interesar a los demás tiene que provocarlos

    – Lo único de lo que el mundo no se cansará nunca es de la exageración.

    ASÍ QUE ODIA, EXAGERA Y HABLA COMO TE DÉ LA GANA :D tienes buen espíritu crítico… por eso me enganché al blog, escribes muy bien…

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