Randy presents…Juegos que nunca me enseñaste: Rom hacks

[¡No, esta no es una nueva semana de colaboraciones! Sin embargo Paco, nuestro amable y nunca suficientemente bien ponderado comentarista, mandó un artículo no especialmente gracioso (aunque tiene sus puntos) pero sí muy interesante. El blog de Randy, sección «aprende con nosotros» presenta…¡¡Roms hackeadas!! ¡¡Un mundo nuvo ante vosotros!! Gracias, Paco]

Todos conocemos juegos horribles, juegos que sólo recordamos por lo malos que eran, juegos que nunca debieron existir en definitiva. Los que leéis este blog con cierta frecuencia ya sabréis que se han analizado títulos así. En esta ocasión voy a hablaros de juegos que nunca existieron ¿Acaso será este artículo un sesudo documental sobre proyectos que nunca llegaron a la luz? Ni mucho menos. En este artículo hablaré de los juegos que las productoras jamás pensaron en hacer, pero que los usuarios si han querido crear: los rom hacks. Lo mejor será introduciros en el mundo del hackeo de roms con una breve explicación. Una rom es un archivo que contiene la información de un videojuego y que usan los emuladores. Hackear una rom es cambiarle la información para reprogramar el juego. Imaginaos las posibilidades de esto: redibujar los gráficos horteras de algunos juegos, añadir nuevos niveles a los clásicos, hacer nuevas aventuras con personajes conocidos, traducir juegos japoneses que nunca llegaron a salir en occidente o jugar al Secret of Mana en castellano. Ahora adivinad lo que hace la gente al hackear roms. Venga hombre, no es tan difícil. Sucedió con la fotografía, la pintura, la literatura, el cine…

¡Socorro, 4chan se ha metido en mi consola!

Para esto se utiliza en el 90% de los casos. Es como una demostración de la regla 34. Mención especial la merece Little Remo – The Child Abuser, el hack de Little Nemo – The Dream Master para NES. El autor de este título se ha tomado un gran esfuerzo para conseguir que absolutamente cualquier detalle del juego se convierta en algo desagradable y traumático. No exagero, hay que jugar para entenderlo. No pongo imágenes porque me temo que pueden ser ilegales en varios países, pero darle caramelos a un niño para que te haga una mamada o recoger consoladores en un bosque de penes para abrir una puerta son algunas de las cosas que se pueden hacer (NdR: Hay que ser un enfermo para jugar a esto. ¿Little Remo dices que se llamaba? Hmmm…). La fascinación que siente la gente por dibujar porno pixelado no conoce límites, al igual que su sentido común.

Imaginad a alguien masturbándose con esto.

Dentro de esta categoría de rom hacks hay una sub-categoría en la que reescriben los textos para hacer chistes fáciles y malos sobre sexo y drogas. Si pensáis que Tarantino es un tipo que hace cosas de mal gusto, es porque nunca habéis jugado a una de esas roms. Afortunadamente (pues de lo contrario el artículo acabaría aquí) hay hacks menos dañinos que se pueden clasificar en tres grandes grupos:

1) Los que cambian el aspecto de los niveles. Suelen hacerlo poniendo cosas al azar.

Al principio Nintendo contrató a Gaudí para los planos, pero no cuajó.

2) Los que cambian el aspecto de personajes, enemigos u objetos.

Todo el mundo desea jugar a Super Metroid con Mai Shiranui.

3) Los dos anteriores a la vez.

Randy le regalará un jamón al que acierte que juego han hackeado (NdR: ¿Que yo QUÉ?)

Sobre títulos específicos el más afectado posiblemente sea Super Mario Bros. Existen cientos de hacks del pobre Mario, haciendo que el juego sea protagonizado por proxenetas, espermatozoides, negros, racistas, calvos, Yoshi, Peach, Transformers, hachas ensangrentadas, esqueletos andantes y la lista sigue. Incluso hay una versión con gráficos tipo Atari llamada Atario Bros (ja, ja) Para fortuna de vuestros cerebros Nintendo denuncia de vez en cuando a las páginas que proporcionan roms para que quiten de la lista las sagas clásicas (léase Mario y Zelda) y eso incluye sus hacks.

Hablemos un poco de los rom hackers porque, ¿quién programa estas cosas? La mayoría de los hacks están a medio hacer dejando la mayoría de las cosas igual o simplemente incluyen la palabra fuck. Si hay una verdad universal al respecto es que el hackeador de roms es vago. Para saber más cosas al respecto basta con que os hagáis la siguiente pregunta: ¿Sois capaces de imaginaros a un catedrático diseñando Super 69 Bros (juro que existe)? Pues yo tampoco. Además hay herramientas que te permiten reprogramar juegos conocidos como Megaman con dos golpes de ratón, haciendo la vida más fácil a los que se dedican a esto. Si sumas pereza, solución fácil, palabrotas y tetas el resultado es niño aburrido ¿Y los buenos rom hackers? Existen, y son personas que saben lo que hacen. Sin embargo he probado más de cien rom hacks y sólo dos valen la pena, así que mejor no os arriesguéis.

Para terminar con el tema procedo a analizar un hack para que sepáis lo que es jugar a uno de estos. No me deis las gracias, soy un sádico y lo hago encantado (NdR: ¿Veis? ¿Veis como no soy el único?). El juego en cuestión es una versión de Zelda II: The Adventure of Link para NES, un juego que ya era malo de por sí, como Super Mario Bros 2. Miyamoto no tenía ojo para las segundas partes. El hack es Linkz II: The pimpdaddy Link, que traducido sería Link el papichulo. Como en tantos juegos de la época, esperamos un rato en la pantalla de inicio sin darle al Start para que nos expliquen la historia. El argumento resumido es el siguiente: Tras morir Ganon, tu zorra te dijo que no habría sexo hasta que le llevases el último triángulo. Realmente te apetece follar así que vas a por el triángulo, pero primero te tienes que deshacer de los seis cristales de crack. Menuda trama, y eso que le he quitado tacos y chistes verdes para que no censuren el blog.

Apenas hay cambios en el hack, todos los enemigos y escenarios son los mismos que en el original. De hecho hay tan pocos cambios que puedo enumerarlos todos. Empezamos a jugar y vemos la primera diferencia: Link es un chulo barriobajero que lleva la gorra hacia atrás.

Link con el chándal de los domingos.

Damos unas cuantas vueltas por ahí y entramos en un pueblo. La segunda diferencia:

SaH_MoReN@

Lo más curioso del autor es que desnuda a las pueblerinas, pero no copia y pega el dibujo para que las ancianas sean también chicas desnudas. Yo sólo digo que es curioso. Seguimos paseando por el mapa haciendo cosas aburridas que no importan a nadie y nos damos cuenta de que hay coches aparcados bloqueando caminos. En el original eran rocas que quitabas con un martillo que también servía para talar bosques. Aquí son coches cuadrados y el martillo es sustituido por una palanca. Si ya es difícil talar un bosque con un martillo no quiero ni pensar con una palanca. Había más objetos, pero se le acabó la imaginación y el tipo decidió no cambiarlos. Con dos cojones. En los pueblos había magos viviendo en sótanos que te enseñaban hechizos con los que poder superar determinadas partes del juego. Aquí nos recibe el Señor Proxeneta Sesentero.

En vez de rajarte por ser un rival, voy a enseñarte trucos guapos.

Uno de los hechizos nos permitía transformarnos en hada para volar. Aquí nos transformamos en cucaracha que vuela. No es que lo del hada fuese muy viril, pero no ganamos mucho con el cambio. Mientras continuamos con la aventura insulsa es posible que nos maten. Yo me tiré en el primer foso que vi para acabar cuanto antes con el sufrimiento de jugar a esto. El responsable de esta maravilla hace el chiste que se te ocurrió la primera vez que jugaste al Zelda II. El muñeco de la izquierda es el original y el de la derecha el del hack.

¿Cómo es posible que en Nintendo nadie se diese cuenta?

El bueno de Link echando la última meada al morir. Esto es humor inteligente del bueno. Cuando pierdes todas las vidas aparece esto otro:

Este es el mejor chiste del juego, una referencia a una película de Arnold Schwarzenegger.

Tranquilos, ya falta poco para acabar. El objetivo principal del juego original era meterse en seis templos (mazmorras) y poner un cristal en una estatua tras vencer al jefe. Una vez hecho eso podías entrar en el séptimo templo porque desaparecía una barrera protectora. En dicho templo recoges la Trifuerza del Valor tras vencer a Link Oscuro para despertar a Zelda, que está maldita al estilo La Bella Durmiente. Con todo mi pesar y gran sufrimiento, completo los seis templos.

MiRaH qU€ PiRsIn MaH ReShUloN

Entonces podemos entrar en la última mazmorra, que es un prostíbulo o algo, más que nada por la ambientación del resto del videojuego. Por alguna razón, Link se viste de chica y sustituye la espada por una varita de hada. ¿Qué decís? ¿Que el juego es machista? Que va, imaginaciones vuestras.

¿Por qué sé que es un prostíbulo? No hay más que verlo, hombre.

Vencemos al Link Oscuro, recogemos el triángulo y se lo damos a nuestra zorra, que se ha pasado todo este tiempo tumbada en la cama la muy vaga. Ya nos hemos pasado esta abominación, sólo queda “disfrutar” del final. La chica nos pregunta que por qué nos hemos travestido. Je, ponte a explicar que te has infiltrado en un puticlub para coger el maldito triángulo amarillo que nos pidió. Como la duración del final original se le quedaba corta el autor rescribió los créditos para contarnos el epílogo. En él nos cuenta que como ahora eres un drag-queen la chica no quiere montárselo contigo, te vuelves gay y después el creador te insulta varias veces. Encantador. Por lo menos ya podemos borrar del disco duro la aventura del Link estilo cani. Ah, casi se me olvida, este es (al menos para mí) el momento más memorable:

¿Qué si conozco a Pene? Pues claro que conozco a Pene, antes salía con Tom Cruise.

Creo que con esto ya os he contado casi todo lo que sé sobre rom hacks. Un último consejo: si un día os ofrecen por la calle, decid no.

[Y mañana, la segunda parte de Os carrinhos en: La gran corrida. Y si alguien tiene algo para el miércoles, que no dude en mandarlo. Impaciente me hallo, oigan]