Ska-P: 99%. Radikales sin karisma

Llega un momento en la vida de todo adolescente en la que no es que crea tener razón: Es que está convencido de ello. ¿Cómo es posible que alguien no ame la saga Viernes 13, con todos los valores fímicos que tiene (entendiendo “valores fílmicos” como “chiquillas en pelotas y cuchillos ensangrentados”, claro)? ¿Es que acaso algún palurdo se atreve a arremeter contra El Jueves, el humor más sutil e inteligente que uno se puede echar a la boca? ¿Cómo pueden los bocachanclas de mi familia no apreciar esa gloria musical que es El Reno Renardo y su versión de Queen ahí to cachonda? Es más, ¿por qué cuando la pongo, mi tío, el del póster del gay ese, Freddy Plutón o como se llame, está en el suelo, revolcándose de forma espasmódica mientras lanza espumarajos por la boca? Así hemos sido todos. Sí, tú también. Incluso hay alguno que parece no haber dejado esa edad (y que, por lo general, se convierte en tertuliano político o en podcáster, lo que le venga más a mano), convirtiéndose con el tiempo en una de esas personas que hablan consigo mismas por la calle y murmullan continuamente algo sobre la juventud, el creacionismo y las patatas fritas congeladas de Mercadona. ¿Y por qué os cuento esto? Porque es algo que está a punto de ocurrirle al joven Randy, con sus 13 años, el típico niño repipi, tan icónico que podrían anunciarle en una teletienda si no fuera porque se convertiría en uno de los artículos menos comprados de la historia. Sí, incluso menos que esa caña de pescar convertible en nevera tan útil para gente con gustos sexuales muy extraños. La cosa es que mi gusto musical, por aquel entonces, iba entre el terrible pop blandito de Seguridad Social, definido por ellos mismos como “punk skatalítico” (claro, si lo dices tú es muy fácil. Es como si Mocedades dice que hace “death metal anglosajónico”. Por decir, que no quede) y Celtas Cortos, que en aquel momento eran lo más de lo más y se enfrentarían en años posteriores a un cambio de cantante y de rumbo que no le importó absolutamente a nadie. Así, entre Quierotenertupresencias y Veintedeabriles, llegó a mis manos una cinta TDK (la piratería de entonces, señora) con un nombre: “Ska-P: Legalegalización”. Efectivamente, antes los títulos de los discos nos importaban cuatro cominos. ¡Qué tiempos pasamos con “Extremoduro: Extremo y duro”, “Queen: Bimian rasodi” o “El Consorcio: Qué coñazo”!

La cosa es que, al principio, Ska-P enganchaba con la mezcla entre sonido machacón, ska cutre y letras poco trabajadas, entre “Lega Legalización”, “Sigue Sigue Siguelo” y “Por qué, por qué, pregunto por qué, mi cabeza me estalla pregunto por qué” (en su día a día, el letrista de Ska-P se debatía entre “Una barra, una barra, una barra de pan por favor”, “Son son son son cuatro con cincuenta” y “Maten maten mátenme, tengo una terrible enfermedad sin cura”). Pero lo que a muchos nos hizo abrir los ojos y abrazar la grandeza del grupo fue ver la reacción de nuestros padres al escuchar algunos de sus temas. Mi madre, más concretamente, se escandalizó al ver que en un tema decían la palabra “masturbación”. Fíjate, mi hijo de 14 años. Seguro que no tiene ni idea de lo que es eso y se está pervirtiendo. Bueno, voy a dejar aquí sus clásicos tres rollos diarios de papel higiénico para que pueda sonarse los mocos a gusto. Y, gracias al escándalo causado en el coche de nuestras familias, muchos empezamos a creer que teníamos razón en todo (de ahí el inicio del artículo), decidimos adoptar la ideología de Ska-P como propia y empezamos a tomar como nuestras causas que veinte minutos antes no nos importaban un carajo. ¡Libertad para los animales de laboratorio! ¡Revistas del corazón, malas! ¡Viva el, euh, Rayo Vallecano! ¡Lo que diga el próximo disco de Ska-P que debemos defender o defenestrar! ¡Eso! Con el tiempo, los discos fueron pasando, y, a medida que la calidad musical del grupete fue en aumento (las cosas como son), nuestro interés fue decreciendo (en parte porque entendimos que la frase “Salvo que quieras en tu cuerpo plena libertad: Masturbación, penetración, practica sexo oral” no es que fuera incendiaria: era, de hecho, el ejemplo de que la vida sexual del letrista no era todo lo variada que debería ser). Cuando, finalmente, a inicios de los años 2000 Ska-P decidió separarse, a ninguno de los que escuchábamos las cintas TDK nos importó lo más mínimo. Cinco años después, Pulpul, Pipi y el resto de componentes que, por no tener un nombre tan simplón, todo el mundo ha olvidado (¿tanto les costaba llamarse Popó, Petpet y Paspás? Sí, entonces el grupo debería renombrarse como Ska-Tubbies, ¡pero al menos serían recordados!), volvieron a la carga con un disco más o menos adulto y maduro que nos dio la esperanza de un nuevo renacer para Ska-P. Poco después, salió 99%. Y todos sus logros anteriores (desde gritos muy bien pensados y basados en la realidad como “Colón, qué hiciste, ¿por qué los descubriste?” hasta sutiles quejas como “Melchor, Gaspar, Gasta Claus y Baltasar, prestadme vuestras barbas, necesito defecar”) se esfumaron en el aire con el que, posiblemente, es el disco en español más infumable de la última década. Descubrid unas rimas que os harán añorar las peores de antaño (“Si tú bla, yo más bla, yo bla bla, tú bla bla bla”). No. No va con ironía. Bienvenidos a 99%. Preparad los tapones para los oídos, porque este va a ser un viaje muy largo.

"Quizá no quede claro el título del disco. Ponlo veinte veces en la portada"-"Solo cabe tres"-"¡Despedido!"

Si fuera un tebeo de Mortadelo, se habría titulado «Ande y que le den viento… al 99%».

1-Full gas

Uno se imagina la reunión en la Ska-P-Cueva: “¡Eh, Pulpul! ¿Cuáles son las canciones menos recordadas de discos anteriores?”“No sé, tipo que no es Pipi y por tanto tiene un nombre imposible de recordar”“¡Las canciones instrumentales! Deberíamos evit…”“¡Estupenda idea, Esclavo 3! ¡Hagamos una canción instrumental en este disco, y que sea lo más repetitiva y cargante que podamos!”“No, no me has entendido, lo que quería decir es q…”“¡Ya sé por dónde vas! ¡Gran idea! ¡Hagamos que el disco comience con una de ellas! Todos sabemos que si Ska-P destaca por algo es por su gran calidad en cuanto a la música y no por sus letras machaconas y sencillitas”“Creo que ya recuerdo por qué nos separamos hace unos años”“¡El mío con doble de fresa, gracias, tipo que no soy yo!”“Sigh”. Y así ha salido la cosa: Full Gas es una canción que se debería llamar A Medium Gas. Hasta las supuestamente felices trompetas suenan a decimonovena toma tras una noche en vela y los gritos (“¡Un, dos, tres, aaaaah!”. No me creo que no estuvieran tentados de seguir con un “¡Aquí estamos con usted otra vez, aaaah! ¡Le ofrecemos un concurso alegre, aaaah!”) que se oyen de fondo parecen leídos en una chuleta por becarios con muy pocas ganas. Pero no solo eso: El ritmo y lo repetitivo de la música hace de ella un tema perfecto para servir como acompañamiento en las pantallas más sosas de algún clon de Super Mario para Android (Super Merio, Mega Mario… ¡Echen un vistazo! ¡La lista es tristemente interminable!). Full Gas es la típica canción que podría perdonarse si el resto del disco fuera decente, o incluso si fuera un bonus track en un disco malo, pero ponerla al principio es como empezar un festival de cortometrajes con El Arbol De La Vida: Si está al final, aún te puedes salir de la sala y quedarte con buen sabor de boca (a no ser que estuvieras comiendo asquerosas, asquerosas palomitas dulces), pero estando al principio, el culo te va a doler demasiado como para olvidarlo facilmente. Sin embargo, lo peor está por venir.

2­-Canto a la rebelión

¿Sabéis esos españoles que, cuando están medio borrachos, intentan poner acento mexicano sonando ridículos y, ya de paso, provocando un par de conflictos internacionales a poco que les escuche alguien que se indigne con nada? Bueno, pues imaginad ahora al mismo grupo, solo que sobrios y tratando de hacer de mariachis. Exacto, se quedan en el “Órale, órale, órale, esos pinches pendejos”. ¿Sabéis la impresión que se dio de España en Misión Imposible 2? Pues lo mismo, pero en canción y mexicano. Este es el equivalente a hacer de argentino con un perfecto acento madrileño y metiendo de vez en cuando “Ché”, “Pibe” y “Boca Juniors”. Pero lo peor no es todo esto, sino que el resto de la canción no tiene absolutamente nada que ver con la salida mexicana (más allá de un par de “Órales” puestos como para justificar la primera frase). Supongo que si Pulpul fuera empresario en vez de radikal soñador empezaría sus conferencias diciendo “¡¡Ay ay ay, mis cuates nomás!! Bueno, empecemos hablando de la economía sumergida interanual que…”. Salvando el detalle, no es que el resto de la canción sea mucho mejor. Y es que estamos ante un himno contra, ya sabéis, “ellos”. “Los malos”. “Los que nos quieren aborregados”. Y uno puede pensar que después de pedir la lucha contra “los malos”, el estribillo del himno en cuestión será espectacularmente duro y nos hará levantarnos a luchar en la batalla final, ¿no? Pues bueno. “Oh, oh, yo canto a la rebelión, canto al luchador, canto al soñador, al utópico” es un poco hacer la revolución de chichinabo, como comer patatas al jamón que no sean de Ruffles: Es lo mismo de siempre, pero algo peor,más que nada porque no incitan a la rebelión: Solo piden que se rebelen… los que ya están rebelados. ¡Brillante idea! ¡Ahora, cantemos las alabanzas de Breaking Bad a esa panda de frikis con camisetas de Heisenberg! Estribillo aparte, el resto del tema no deja de ser un “¡Ay, cuando la gente se levante! ¡Ay! ¡Las cabezas en picas os vamos a poner! ¡Que estamos muy contentos viendo la tele, pero algún día aquí se lía, eh!”, pero en versión aún más tópica (la frase “Jornalero campesino, estudiante soñador, proletarios, alcen la voz” parece sacada del Twitter más rancio). Al final, Canto A La Rebelión se queda en Canto A Los Comentarios De Menéame Que Amenazan Con Que Algún Día Todo Peta Pero Al Final No. Ah. El ritmillo tampoco está tan mal. Salvo en el estribillo, que se pega menos que una Mano Loca después de mil usos.

3-Ciudadano Papagayo

Las cosas, como son: Uno no se puede quejar del inicio de esta canción, más que nada porque es la simpleza pegadiza que uno espera de Ska-P (“De derechas yo soy, impongo el crucifijo a mi señora y a mis hijos y a la huelga yo no voy”). El problema es que luego la simpleza se transforma en un encefalograma plano, y las rimas sencillotas en un estribillo digno de ser estudiado en las facultades de Obviología: “Ay, papa-papagayo, no razonas” (al contrario que nosotros, ya sabes. Euh, ¡rebelión! ¡Contra los, euh, malos! ¡Que son muy malos!), “Ay, papa-papagayo, me dan arcadas” (aquí seguimos con un profundo análisis de la sociedad que hará que, sin duda, la gente de derechas se replantee sus creencias ante argumentos de tal magnitud), “Repites como un loro lo que dicen desde el televisor” (¡Televisión mala! ¡Televisión, er, facha! ¿Cómo? ¿Que este es un ataque gratuito? ¡Calla! ¡Facha!)… Después de otra estrofa semi-decente (entiéndase como “rima ‘gays’ con ‘país’, aún no sé cómo”), Ska-P se transforma en Kraftwerk. Sí, todos sabemos que el grupo está más cercano a Zapato Veloz que a Kraftwerk, pero los muchachos tienen ínfulas y de pronto se sacan una música electrónica de la manga (o del generador de sonidos aleatorios que se compraron en el Cash Converters) y Pulpul nos repite una y otra vez con voz robótica “Pregúntate quién es” de una manera más propia de una película de terror rollo Saw que de un disco radikal ke te kagas. Para tanto es el asunto que no solo no te preguntas quién es (A todo esto, ¿quién es quién? ¿De qué demonios están hablando? ¿Es una adivinanza? ¿Tengo el comodín del público?), sino que todo tu pensamiento está desbordado con una sola pregunta: ¿Qué cojones estoy escuchando? Después de esos momentos de tensión al creer haber comprado (ejem) lo último de OBK por error, Pulpul nos aclara que se refería a “Los malos”. Pues claro. A quién si no.

¡El origen secreto de las canciones de Ska-P!

¡El origen secreto de las canciones de Ska-P!

4-Pandemia SL

De pronto, Ska-P cambia de tono y de discurso. ¿Sabéis cuando, en un RPG, resulta que el malo final no era tan malo final? Bueno, pues aquí hacen lo mismo, porque el objetivo ya no son Los De Arriba, sino… ¡Las farmaceúticas! No, no se refieren a la Farmacia Conchi de tu barrio, sino a las que hacen medicamentos y esas cosas. Para ilustrar su teoría (“Son muy malas y eso”), Ska-P utiliza algunas de las rimas más viles y despreciables jamás vistas antes en un tema musical, desde “Llevan mascarillas hasta las ladillas” (¡Bravo! ¡Premio nacional de poesía!) hasta “Corre la población a por su estafaflú, gilipollas, primaveras, como yo, o como tú” (ojo, nuevo poeta: si no rima, tú tranquilo, invéntate una palabra y ya está. ¡A tope!). Lo peor de esta canción no son las rimas, aunque cueste creerlo, sino su gran sutileza, similar a la de un martillo pilón tratando de alicatarte el cráneo. A ver si podéis ayudarme a desentrañar qué quiere decir realmente esta frase repleta de matices, metáforas e inteligentes críticas hacia la sociedad: “Si la tele dice que te pica un cojón, ráscatelo, ráscatelo”. Ah, clásico Espronceda. Pero la canción, cuando se cae de bruces contra el suelo, aún puede caer un par de pisos más abajo, hasta el tercer sótano. Y es que el despropósito en cuestión termina con una conspiranoia de las gordas: La OMS crea cepas de pandemias para que la gente tenga que pagar por el antídoto cuando lo vea por la tele. Toma ya. Tengamos en cuenta que, justo antes, habían afirmado que el rollo de las pandemias es todo mentira y está manipulado. Vamos, que es como si tu abuela te dijera “Eso de que hay cortes de digestión es mentira, báñate sin problemas, pero si te bañas morirás de forma irremisible”. Digno de estudio, oigan. Cuando el tema parece haber acabado, Pulpul lanza un “¿Cómo?” a la nada, sin respuesta. Puede ser una metáfora del silencio de la población, un grito que quiere buscar explicación a lo que no tiene porqués o, simple y llanamente, que el productor le estaba preguntando si quería ir a comer y el muchacho no le entendía bien. Oh, los misterios de la música, qué insondables que son.

5-Se acabó

Tristemente, no estamos ante el final del disco (si no, vaya miseria de artículo, ¿no?), sino ante una especie de canción de autoayuda del rollo “El miedo: Técnicas para vencerlo”, por el doctor Franz McMieden o “Cómo superar cosas chungas: Claves para personas que no tienen dinero para ir al psicólogo”, por la doctora de la calle Jessy. La cosa empieza con un coro (¿alguien puede acercarse a la Ska-P-cueva, ponerle la mano en el hombro al que dio la idea y negar de forma muy suave pero comprensiva con la cabeza?) y, a partir de ahí, el colmo de la originalidad. Una lista, como la lista de la compra, pero con cosas a las que la gente tiene miedo. Tampoco tiene más lío: Miedo a la pobreza, miedo al diferente… Es como una canción-plantilla. ¡Crea tu propia canción de Ska-P! Miedo a la exclusión, miedo a la marginación, miedo a que las natillas del Carrefour estén caducadas, miedo a que el final de How I Met Your Mother sea tan malo como todos esperamos, etcétera. Todo ello, claro está, sazonado con las ya clásicas frases sutiles a las que nos tienen acostumbrados: “Vivirás con miedo hasta que llegue tu final”, “Vivir con miedo es morir en vida”… Cuando se dieron cuenta de que alguien debería haber alejado a Pulpul del grupo de Facebook “Frases K Molan Pa BiBiRR tuS SuenyoShHSH” ya era demasiado tarde. Ah. Si os digo que es de lo mejor del disco, ¿cómo os quedáis?

6-Ska-Pa

Un buen día, el grupo más radikal del mundo mundial (mucho más que Zirrosis De Zapato y que Kalimotxo Para El Motxo, ¡mucho más!) se dio cuenta de que le faltaba un himno con el nombre de su grupo. Uno de esos que la gente cante después de veinte kalimotxos (o gin tonics de pepino y huevo de avestruz, que parece que es lo que se lleva ahora), justo entre el sobe a desconocidas y el coma etílico, y que les diera esa publicidad tan necesaria entre la gente al borde de vivir en una cuneta con una botella de Don Simón como única amiga. Después de pensar medio minuto, alguien dio con la solución. Eh, tío. Ska-P suena a Escape. ¿Os habíais dado cuenta? Buah, lo flipas. Doce años y a ninguno se nos había ocurrido. Así es como nace Ska-Pa, una canción que apareció con la vocación de ser un gran himno que unificara a todos los fans de la banda y ha terminado siendo la canción con la que todo el mundo dice “Pon la siguiente, anda” (ojo a la rima no intencionada. Tiembla, Nach). En este tema se mezcla lo peor de Ska-P en todos los aspectos. El intento de parecer internacionales (el tema se abre con un “Mi pana, carnal” que luego evolucionan a “Mi pana, chaval, colega, carnal” para que, supongo, todo el mundo les señale con el dedo y se ría mucho en el extranjero), las frases que parece que intentan decir algo y parecen más propias de Cantajuegos (como “es la educación la única canción, la pedagogía la más dulce melodía”. En serio. Un grupo de ska radikal ha introducido la palabra “pedagogía” en una canción. O perdieron una apuesta con un temible grupo de profesores de lengua, o pensaron que era una buena idea hacer una canción para que sus fans ganaran al jugar a Furor con sus colegas), frases que parece que quieren decir algo pero no (“Ska-Pa, Skapate, al fondo hay sitio, sube a nuestro tren”. ¿Qué tren? ¿El tren de la fiesta? ¿Por qué esa metáfora? ¿Está Ska-P como un tren o qué? “Ska-pa, Ska-pa, Ska-pa, desengáñate”. Euh, vale. Nos desengañamos. ¿De qué tenemos que desengañarnos? ¿Por qué esto queda tan tristemente inacabado, como si lo hubieran escrito en un bloc de notas con la indicación “OJO: REVISAR” subrayada justo debajo?) e intentos de ser “el grupo malote que pueden escuchar tus padres” que han sido siempre (“Pongamos rumbo fijo y a volar”. Un momento, ¿pero esto no era un tren? ¿A qué estáis jugando, Ska-P? ¿A qué? ¿Trenes voladores? ¿Qué sabéis que nosotros no sepamos? ¿Habéis pasado de la droga blanda a la droga dura?; “bailando ska, con agresividad y con sinceridad”. Y con amor, y con buen rollo, malotes pero bonachones. No os creáis, eh, que aunque parecemos anarkas y tal en el fondo os queremos educar. ¿Un porrito, gente? Ojo: Con moderación, ¿eh? No nos vayamos a pasar, je, je, je, matadnos). Entre trenes y aviones, ritmos ska de primero de conservatorio y rimas que nadie intentó hacer antes por ser demasiado descabelladas (“Nuestro diapasón es la contrainformación”), la canción es un ejemplo perfecto para entender cómo no debe hacerse un himno, una canción o absolutamente nada en esta vida. La pedagogía, la más dulce melodía. Qué hijos de puta.

El Avión-Tren de la libertad

El Avión-Tren de la libertad. ¡Ahora con un 90% más de Photoshop evidente!

7-Marinaleda

¡Un grupo flamenco-rock apareció! ¡Ska-P usó “Clonación”! ¡Ska-P lo intenta! ¡Ska-P fracasa estrepitosamente! No me gustaría que nadie se llamará a error: Lo que hacen en Marinaleda está mejor que el helado de huevo Kinder del Mercadona, pero no la forma que tiene el grupo de contarlo. Y es que, aparte del aire neo-flamenquillo (que no pega ni con cola, por cierto), Marinaleda es un tema que podría aparecer sin problemas en el musical “Intereconomía: El musical (versión al revés)” o en “Eldiario.es: ¡El extraño, extraño musical!”. Vamos, que ni tanto ni tan calvo: No es el infierno en tierra, pero en la canción se pinta como un lugar más similar al mundo de Dora La Exploradora que a la vida real. ¡Algo malo habrá en Marilaneda, digo yo! No sé, algún vecino cabroncete, el que no recoge las cacas del perro o el que ve Sálvame Deluxe a todo volumen, ¿no? ¿Ni siquiera hay quien se tira ventosidades en público y no pide perdón? Por lo visto, no. El pueblo es todo un dechado de virtudes sin tacha, las mujeres cagan algodón de azúcar y el alcalde es merecedor de alabanzas continuas en su honor. El problema (o uno de ellos, al menos) es que el tema es tan canción-protesta de hace cincuenta años que apesta. Ojo: “Cuando la utopía es realidad, no hay nada más que decir, justicia, techo y pan”. Ay. Al menos lo han intentado. ¿Qué no creéis que sea para tanto? Hagamos un experimento: Imaginad por un momento las palabras dedicadas a Sánchez-Gordillo como si estuvieran dirigidas a nuestro querido Mariano: “Dicen que aquí el alcalde es muy singular, descalzo, con el pelo cano y sin afeitar. Integridad, humildad, lealtad, honestidad…”. Horripilante, ¿eh? Digno de Alfred Hitchcock Presenta. Para terminar la canción por todo lo alto, Ska-P se lanza a lo original y canta, durante un minuto, uno de los estribillos más tontos, sencillotes y aburridos que nos podamos echar a la cara (o al oído, vamos): “No, que no, que no es un cuento, no, que no, no me lo invento, no, que no, que no te miento, no”. No, que no, que no podemos, no, que no, no insistiremos, no, que no, que no sabemos, no, que no. Que no.

8-Alí ba ba

¿Sabéis lo que os decía sobre este disco? ¿Que cada canción es un ejercicio de sutileza tan bien elaborado como un martillo clavado con fuerza en el ojo? Pues esta canción no es menos. No solo te mete coros de niños por la cara (¡Eh, coros de niños! ¡Y dicen la palabra “cojones”! ¡Ahora nuestra crítica social sí que será tomada en serio! ¿Por qué ningún político ha dimitido ya? ¡Niños diciendo tacos! ¡Es como… como malo, ¿no?!), sino que el argumento es el mismo que el del resto de canciones: Ay, que nos roban y nos dejamos. Madre mía, qué cosas. Partiendo de la falacia “No hago nada porque estoy viendo el fútbol” (dicho con una voz grave, como de padre serio, que da mucha risa), la canción viene a decir al oyente avispado “Bueno, a ver, levántate y lucha contra el Gobierno tú solo haciendo… algo contra los que mandan y… eeeh… no veas el fútbol. ¡Eso! ¡Así saldremos de la crisis de alguna forma!”. Todo ello, claro, con el ritmo festivo habitual y con rimas, digamos, discutibles (“decapitar” con “Ali Babá”, “Ali Babá” con “Ali Babá” o “heredar” con “pasividad”). Si no fuera porque dan ganas de tragarse cianuro para no escuchar mamarrachadas de primero de Internet, casi hasta diría que está regular.

Van a permitir que termine aquí el repaso a 99%. No solo porque 4.000 palabras sean más que suficientes para ejemplificar la tortura que esto. Se quedan en el tintero el autotune del tema 9, las frases grandilocuentes del 10 (“Fingir sentir placer en un tétrico vergel”) y, en general, la cansinez del resto del disco, que se sigue basando en ese tan manido “¡Venga, levántate! ¡Venga, la leche! ¡Anda que no os cuesta ni nada! ¿A que al final tenemos que sacar las trompetas y todo?”. Hay quien ha calificado este disco como “un viaje de Ska-P por un mundo actual en el que buscan la parada de la libertad”. Personalmente, creo que su tren volador se ha quedado parado en un sitio del que no quieren (ni pueden) moverse. ¿Sabéis esa escena de Los Simpson en la que Homer y el resto de los Sol-Fa-Mi-Das (o Si Sostenido, según el episodio) intentan componer canciones mientras se saben acabados? Bueno, pues en este disco solo falta Pipi con su nueva novia china (multicultural, a tope) con su tema “Númelo 8”.

¡Los Ska-P, en plena preparación de su nuevo disco "Bronka a tope"!

¡Los Ska-P, en plena preparación de su nuevo disco «Bronka a tope»!

Eso sí, tened en cuenta una cosa. Mucha risa con Ska-P, pero el bueno de Iturbinho les definió a la perfección en una ocasión: Son un virus que te toca pasar en un momento u otro de la vida, en mayor o menor medida. Y si muchos lo pasamos entre España Va Bien y El Niño Soldado, no me cabe duda de que habrá algún chaval ahí fuera al que le acabe de picar el aguijón del extraño gusto adolescente con Marinaleda. Con suerte, se le pasará en cuando vea que a sus padres les da absolutamente igual lo que escuche o deje de escuchar. Debo decir que no sé si es que yo estoy realmente tan alejado de ese chaval de trece años que sonreía porque su madre se exaltaba al escuchar guarradas o que el disco es realmente infumable. En todo caso, 99%, vete a la porra, majo.

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20 respuestas to “Ska-P: 99%. Radikales sin karisma”

  1. Superlayo Says:

    Creo que lo más que he estado metido en Ska-P ha sido cantar la de Legalización cuando nos la pusieron en una pseudo-discoteca moscovita hace año y pico y el grupo de españoles que estábamos saltamos y vociferamos sorprendidos pero entusiasmados (por oír algo de música en español que no fuese la Danza Kuduro esa, se entiende).

    Por eso, tiene mucho mérito que este post haya conseguido hacerme reír en más de una ocasión, Randy (y eso que ya había leído en directo su furibunda disección del disco por twitter hace unos meses). Buen trabajo y siga así.

  2. Fosforo Says:

    El disco es infumable, y me da rabia que usted se haya dejado uno se mis temas favoritos fuera del análisis. La de ¿Quienes sois? que musicalmente es salvable pero la letra es conspiranoia de la buena con el club Bieldeberg y metáforas nada manidas como «el mundo juega al ajedrez/ellos controlan el poder/y los peones moriran/defendiendo a su rey».

    Aún así, joder, joder, que malo es este disco. Ska-Pa parece una puta canción de anuncio de bollería industrial, Marinaleda da cáncer musical, Canto a la rebelión parece una autoparodia den todos los sentidos… El disco es realmente espantoso. También influye que el tiempo del punk demagógico kalimotxero ha pasado un poco bastante, y actualmente no hay ningún grupo nuevo de este rollo, habiendo derivado en «Ska del de verdad solo que repetitivo a 100 y con letras ambiguamente sociales», «Grupos parodia/letras graciosas jejejejeje los hay a patadas» y Boikot. Putos Boikot, que se mueran ya.

    Para mí el grupo sigue teniendo buenos temas en lo musical que, por alineación de los astros, mantenían letras no excesivamente malas. El problema es que anclados entre lo repetitivo y lo experimental raruno en el primer caso y en caída libre en el segundo, la cosa se complica. Supongo que era más fácil sorprender musicalmente antes de que salieran 200 imitadores, y que es más fácil cagarse en Aznar que hablar del capitalismo mundial.

  3. Thanos Says:

    Yo nunca fui muy de Ska-P, lo escuchaban todos mis compañeros de clase mientras yo me abrazaba a mi cinta de Aqua y preguntaba ¿por qué?
    El articulo muy bueno. Yo también creo que esta gente debería haberse jubilado o reciclado hace tiempo.

    ¡Hey! Me ha salido una rima, creo que me dedicare a componer discos…

  4. Lograi el Luciérnago Says:

    Pero, pero… ¡¡¿por qué?!!
    Mi primer contacto con Ska-P fue, me acuerdo ahora, por medio de mis compañeros de instituto. Vosotros no conocéis a mis compañeros de instituto. Una vez fuimos de barbacoa y el único disco que llevaron para poner fue el debut de Britney Spears.
    (Menos mal que yo llevé 17 cintas con cosas entre Apocalyptica y la BSO de Mazinger Z… Que quitaban cada vez que me despistaba para poner a la Britni…)

  5. dalecable Says:

    A mí también me dio por la etapa PUNC preadolescente, pero gracias a Dios nunca caí en Ska-P. Tampoco sé por qué nadie debería, habiendo cien mil grupos más radikales, con más palabrotas y mucha más calidad musical, pero bueno, así son los males endémicos, que están porque tienen que estar.

  6. ruboslav Says:

    Yo nunca fui mucho de grupos radikales kalimotxeros, la verdad. Siempre lo he asociado a perroflautismo. El primer grupo de ese palo que conocí fué Reincidentes que quitando un par de canciones, no me mola nada.

    Los conocí gracias a un pavo que dejó el instituto y empezó a trabajar en la construcción y sufrió la metamorfosis del proletariat. De repente cogió una conciencia de clase que ni Engels. Ya saben, de esa clase de gente que empieza a currar y se va con los mayores a jugar la partida a la tasca una vez acabada la jornada.

    Decía que fumaba ducados porque era el winston del obrero (como si no pudiera permitirse tabaco más caro, pues coge picadura como hacían en la posguerra, campeón). Pa’ que se hagan una idea.

  7. Donhurtado Says:

    Podría ser peor. Podrían triunfar y las orquestas de pueblo podrían taladrarnos el cerebro con nuevas canciones en vez de las ya cansinas «Cannabis» y «El vals del obrero».

  8. Chuck Draug Says:

    A todos nos ha pasado algo así. Se llame Ska-P, Celtas Cortos, Mägo de Oz… siempre ha habido un grupo de esos que escuchas machaconamente sea por iniciativa propia o por osmosis en el instituto. Luego creces y te preguntas por qué de adolescente tenías el cerebro reblandecido. Quiero decir, ¡yo llegué a escucharme el disco entero de Gaia y aún no sé cómo lo hice!

    Lo curioso es que la primera de Ska-P que escuché (y sí, era «Lega legalización») fue en una caseta de la feria. Sí, yo antes iba a la feria de mi pueblo, cuando vivía allí, ¡imaginadlo, yo, socializand… digo, de feria, con el flamenco y las casetas cutres ‘typical Andalusian’! Pero yo en aquellos tiempos era un chaval de familia de derechas (¡cielo santo!) y Ska-P me resultaba curioso, pero nada especial. Un volantazo político después, Ska-P me parece un Capitán Obvio desesperado.

    En fin, tras la breve (¡ja!) introducción, paso a escuchar y…

    *Un buen rato más tarde*

    Me ha producido tal indiferencia que ni merece un tocho destripando cada canción, porque la apatía que siento me quita las ganas. Sí: así es como me siento tras escuchar lo último de Ska-P, que no sé en qué se diferencia de lo que hacía antes, por es continuismo inmovilista. Y si quitamos las letras, ¿qué diferencia hay en lo instrumental entre canción y canción? (Es una pregunta retórica, sí)

    • Lograi el Luciérnago Says:

      Puff, si me dices cualquiera más antiguo… pues Gaia todavía no es tan malo… Se salva una canción, incluso para los estándares kalimotxeros.
      Aunque, eh, tengo que admitir que los anteriores a ese sí me los mamé a gusto en ciertas épocas. Aunque no he vuelto a escucharlos casi…

      • Chuck Draug Says:

        Comento lo de Gaia (el primero de Gaia, aclaro) porque fue el último disco de Mägo que escuché entero, y tras ello se me quitaron bastante las ganas de seguir escuchándolos.
        Cuando Vrede hizo su especial sobre Mägo desde los comienzos hasta la actualidad, vi que me había bajado a tiempo. Sobre todo cuando escuché «Ayahuasca». ¡Qué horror!

        • Lograi el Luciérnago Says:

          Lo que pasa con Mägo (a mi entender) es que empezaron como grupillo de mierda pero graciosete y sin grandes aspiraciones, luego pegaron el pelotazo con Finis Terra y se les subieron los humos, pero no dejaron de ser un grupillo de mierda, y ya ni eran graciosetes, porque se creyeron su propia broma.

  9. griseomitran Says:

    Los Marea marean, a los Celtas Cortos los escuchan ya hasta los abuelos, Mago de Oz estaban obsesionados por sacar escondidas felaciones en sus portadas, Ska-P hacen malas letras basadas en un país multicolor de un universo alternativo,… Bienvenidos al mundo del Rock Kalimotxero.

    Ni idea de porqué cuando somos adolescentes nos tragamos esto, pero oye por lo menos no somos como los que tienen treinta y pico años y piensan que las letras de Ska-P son la biblia. Que esa gente existe y da su miedo.

  10. Laura Says:

    A mí Ska-P me los descubrió el cura del cole que nos daba Religión, que pinchó «Villancico» para analizar la letra. Él era fan de esa canción y no precisamente un jovenzuelo por aquel entonces.

  11. Paradox Says:

    Pues sí, oiga, en efecto, un servidor también sufrió el Sky-P, que te da unos sustos en las videollamadas inoportunas (ejejejeje…Skype… Ska-P… oh, mátenme). Chascarrillos aparte,también sufrí al grupo musical. Lo curioso es que los conocí primero en una clase de Música en el instituto: los macarrillas del curso trajeron un disco a clase y el profesor decidió aprovecharlo para diferenciar las estructuras de una melodía. Y, eh, mira, algo positivo sacó de ello pero, al mismo tiempo, obtuve una moraleja secundaria: después de escuchar decenas de veces «El niño soldado» uno le coge una manía enorme al género.

    Que no niego yo que también tuve la fase de saltar con los amigos al ritmo de «Lega legalización», «España va Bien», «El gato López» y «El vals del obrero» pero, oigan, que la mayoría de las veces eran interpretados por orquestas móviles que amenizan los pueblos españoles las noches estivales y, no sé, miren, como que en ese contexto el mensaje anti-sistema se diluye un pelín y se convierte en una píldora homeopática de inconformismo. La misma eficacia, oiga (sí, esa manida metáfora es mi manera de expresar que, como sanitario, la canción de Pandemia S.L. me sienta como un tiro. ¡Las farmaceúticas mienten pero a la vez crean pandemias de verdad! ¡No es ninguna falacia lógica!).

    Mis condolencias, señor Meeks por habérselo tragado entero, que yo desistí aquesta empresa a partir de la mitad de la quinta pista.

  12. S_Luis Says:

    ¿Pero Ska-P de verdad se escucha más allá de en las fiestas de los pueblos, a las cinco de la mañana y bailando hasta la música de la teletienda?

  13. Iturbinho Says:

    La varicela musical.

  14. Iturbinho Says:

    Y sí, así de retrasado voy con las lecturas de su blog.

  15. Iturbinho Says:

    Recuerdo ahora que tocan en octubre en Bilbao. Amigos míos tienen entrada comprada. No sé si me jode más no ir o el hecho de que me joda no ir.

  16. Mauricio Says:

    Muy buen criterio, esto si lo ve Ska-p ayudaría mucho a sus errores; concuerdo contigo en casi todo y eso que soy muy fan de estos cabrones, si no lo fuera, no vería ni entraría a tu desierto de pagina.

  17. amigo si no te gusta ska-p no lo escuches y listo es asi de simple,la verdad que el que queda para el culo sos vos criticando como si fueras el mejor compositor del mundo,:) Says:

    amigo si no te gusta ska-p no lo escuches y listo es asi de simple,la verdad que el que queda para el culo sos vos criticando como si fueras el mejor compositor del mundo,:

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