Summer style: Con J de Éxito (por Bob)

¿Recuerdan a Tim Burton?
¿Recuerdan a Quentin Tarantino?
¿Recuerdan Invasión?
¿Recuerdan aquellos eslóganes de secuelas que les hacían recordar?
Pues todo ello palidece y parece poco (especialmente, Invasión) en comparación con el genio de nuestro tiempo, el visionario cineasta, el creador de sueños, el artífice de maravillosos espectáculos, el Spielberg de la pequeña pantalla. Me refiero, por supuesto, al tipo que tiene dos iniciales como nombre y la marca de un tanque como apellido. Y, además, lleva gafas. Alguien así sólo puede arrasar, aunque IMDB no tenga su foto en la base de datos. Me refiero, por supuesto, al famoso nominado al Razzie J.J. ABRAMS (su nombre no tiene minúsculas y siempre va en negrita, malditos, recuérdenlo).

En 2005, el autor de la aclamada “Autobiografía no autorizada de Dan Brown” decidió llevar a la gran librería (aguardemos a su adaptación cinematográfica para que esa frase suene mejor) la deseada y maravillosa biografía de J.J. ABRAMS. La complejidad de su ascenso meteórico le impidió terminar tal tarea en plenas condiciones mentales. Pero hoy, aquí, retomaremos tan titánica labor, con profesionalidad, seriedad, rehuyendo el morbo y la demagogia y siendo fieles a nuestro propio juicio, evitando malintencionadas frases cuyo único propósito es crear polémica.

Nuestro querido J.J. llegó al gran público en 1991 con A propósito de Henry que el que esto suscribe pudo ver con la tierna edad de diez años y de la que poco o nada recuerda. El conmovedor guión nos cuenta cómo John Leguizamo pega un tiro a Harrison Ford y le hace redescubrir la Navidad, como si fuera una mutación de Desafío Total con Los Cuentos de Navidad de los Teleñecos. Hablo desde el desconocimiento, pero ¿qué esperan que diga de una película cuyo eslogan es “La historia de un hombre que lo tenía todo, pero encontró algo más”?.

El tema es que el futuro director de H20 se interesó enormemente por el talento de este joven muchacho. Vale, con 25 años J.J. había escrito una película de Harrison Ford. A los 22 años, yo he aparecido en un corto de secundaria (¿próximamente en El blog de Randy?). Pero criticar es fácil y divertido. El tema es que el innovador guión de J.J. era sobre cómo un tipo congela a Mel Gibson y le hace redescubrir la Navidad, como si fuera una mutación de Desafio Total con… Un momento… Bueno, es igual, el tema es que Mel Gibson viaja de los años 30 al presente, se enamora de la chica de Halloween y se hace colega de Elijah Wood y juntos descubren que la vida puede ser algo maravilloso con el poder del amor, porque, como dice el eslogan, “El tiempo no espera a nadie, pero el amor espera para siempre”. Los 90 fueron la época dorada para los tipos que escribían eslóganes de películas.

Silencio, inútiles, J.J. está hablando

Y aquí vamos con lo que mola, amigos, porque nuestro cineasta favorito fue uno de los cinco talentosos guionistas que dieron lo mejor de sí para equipar a Armaggeddon de toda esa profundidad emocional. El primer día, estos cinco genios decidieron que querían a Steve Buscemi disparando una metralleta en la luna. Los otros 149 minutos de la película se improvisaron a partir de esa escena. Los guionistas de Estallido, The Punisher, Michael Clayton, Shaft y Alias dan lo mejor de si en esta trepidante película de aventuras donde Bruce Willis decide ir al espacio a salvar el mundo de la total destrucción, lo cual, no nos engañemos, es mucho más interesante que ese otro trepidante drama multiétnico en el que Elijah Wood decide casarse antes de que le caiga un asteroide encima.

Llega el año 1998, donde J.J. da por fin rienda suelta a su talento y su buen hacer, creando Felicity, que cuenta la historia de una tía que va a la universidad, se hace amiga de la Power Ranger rosa y liga con un tipo con apellido de sustancia alucinógena. En su alarde de originalidad e ingenio, Felicity nos cuenta como Felicity va a la universidad y, básicamente, hace todo lo que hace Buffy, pero sin carisma, sin chistes y sin vampiros. Vamos, un producto de indiscutible calidad fílmica y narrativa. No me extraña que Whedon decidiera copiar el estilo Alias en su nada prometedora Dollhouse.

Pero J.J. no puede ser contenido y encerrado en un solo proyecto. Su mente busca expandirse, encontrar nuevos horizontes que profanar con su hacer. Así que decidió hacer lo que mejor sabe hacer, cosas.
Después de ver El diablo sobre ruedas, decidió rehacerla. ¿He dicho “rehacerla”? Me he equivocado. Lo que en realidad quise decir es “mejorarla”. Así, supo ver que lo que la película necesitaba era convertir al misterioso conductor del camión en un obeso desesperado por el sexo que persigue jóvenes inocentes para torturarlos. Buen trabajo, chicos. Así es como salió Nunca juegues con extraños, cuyo titulo original, Joy Ride (Viaje alegre) era lo único medianamente no horrible de la película. Sé que mi gusto fílmico está atrofiado, pero aun no llegará el día en que una película con Paul Walker, Leele Sobiesky y Steve Zah, con guión de J.J., me guste.

Pero venga, que nos estamos entreteniendo y no llegamos al quid de la cuestión. Me refiero, por supuesto, al J.J. ABRAMS post-Alias. Si ustedes son adictos a la televisión española actual, probablemente hayan olvidado ya lo que es el buen hacer y la dignidad, pero también recordarán aquel maravilloso eslogan que nos brindó Tele 5 en el estreno de la serie de J.J. “Jennifer Garner es… ALIAS”. Sí, amigos, sí… y David Duchovny es Expediente X. Bueno, ¿qué esperaban? El hijo de Nicolas Cage se llama Kal-El, los nombres raros están arrasando al otro lado del océano (dijo el tipo que llamó “Jolybert” a su Wii). En fin, que Alias nos narraba la historia de una tía con nombre de capital australiana que va a la universidad, se hace amiga de una persona de color y se va a casar con un secundario prescindible que morirá en breve. El TWIST de la serie reside en que esa joven es, agárrense los machos, una superagente secreta que debe viajar por el mundo luchando contra una malvada organización y enfrentándose a su diabólica madre, que mutó de ser una completa desconocido en la primera temporada a ser Lena Olin en la segunda.

J.J. dejó a la audiencia de medio mundo clavada en la butaca cuando mezcló Felicity con Misión Imposible, en una serie casi tan repetitiva como C.S.I. (próximo artículo en el Blog de Randy). Pero el talento fílmico de este genio contemporáneo de la narrativa moderna no acaba aquí, pues Alias fue donde J.J. comenzó a imprimir su sello. Su inconfundible estilo, que le hacía único, especial y reconocible allá por donde fuera. Del mismo modo que algunos directores son aficionados a los travellings, otros son aficionados a los planos imposibles y otros son aficionados a dirigir buenas películas (pringados), J.J. no es un aficionado, sino ya un absoluto experto y maestro en lo suyo: ¡comenzar las películas por el final! Vamos, como Cuenta Atrás, pero sin Dani Martín. El inicio de Alias nos dejó a todos de piedra (antes de que dejáramos de ver la serie), al comenzar por una trepidante secuencia de acción que sucedería más adelante. Lo que jamás debió pasar de la curiosidad, sería una marca de la casa, y sería llevado a la gran pantalla con estilo y talento.

Silencio, inútiles. J.J. está pensando.

En fin, que Alias siguió y terminó y J.J. aprovechó para crear otra serie, ya que ésta había tenido éxito. Perdidos. Porque sí, amigos, Perdidos fue creada por J.J. en solitario, ¿vale? Jeff Lieber tuvo la idea, Damon Lindelof y Jack Bender y Carlton Cuse mantuvieron a flote la serie durante 4 magníficos años en los que J.J. escribió dos capítulos. PERO LA CREO ÉL SOLO, ¿VALE? Lieber tuvo una brillante idea: una isla desierta. Novedoso y arrebatador proyecto, ABC lo aceptó sin dudar un segundo. Cuando le presentaron el innovador y maravilloso concepto de “náufragos en una isla”, J.J. entró en trance, al estilo de Christopher Walken en Saturday Night Live (¿La Zona Muerta? ¿Qué es eso?), y dijo “ZOMBIES”. Inmediatamente todos dijeron “NO”. Entonces, J.J., que es un tipo hábil de rápidos reflejos dijo “MISTERIOS”, y todos dijeron “¿Por qué no?”. Y así, J.J. ABRAMS llamó a otro tipo y juntos crearon la serie. Durante 4 años, Damon Lindelof coordinó a los guionistas, escribió capítulos y fue el alma de la Perdidos, siendo también la persona más frustrada del mundo de la televisión, al coordinar LA SERIE DE J.J ABRAMS.

Es indiscutible que J.J. es un co-creador de Perdidos. También Sam Simon lo es de Los Simpsons y aun no he oído a nadie decir “Me encantó Homer, Hombre Malo, Sam Simon es el Billy Wilder de la pequeña pantalla”, más que nada porque Los Simpson es una serie de dibujos y todos sabemos que simples dibujos animados jamás estarán a la altura de indudables proyectos de gran envergadura como LEX. En fin, que mientras la gente trabajaba en Perdidos, J.J. dijo “me voy un segundo” y cuando volvió ya había hecho Misión Imposible III, lo cual explica que saliera como salió. 

Marca de la casa Abrams, Misión Imposible III comienza, por supuesto, por el final. Truman Capote le pega un tiro a la novia de Tom Cruise, 87 años menor que él, y la película comienza. ¡Uo! ¡Una fiesta! La sombra de Felicity es alargada. En fin, que Tom Cruise es ahora un agente retirado a punto de casarse, (lo cual jamás le impedirá hacer cuantas secuelas sean necesarias) que un día recibe la llamada de un VIEJO AMIGO, que le dice que la organización, bajo el mando de un TIPO SOSPECHOSO, tiene problemas. No lo olviden, compañeros, pues el viejo amigo y el tipo sosechoso serán la clave del giro de la película.  En fin, que Cruise se reúne con su colega, el tipo sin carisma que salía en Big Fish, en otra escena copiada de Alias, y se entera de que.. ¡Felicity ha sido secuestrada! La sombra de Felicity adquiere dimensiones MONSTRUOSAS (¡autoreferencia!). Cruise se reúne con Ving Rahmes, que se está cagando en todo por no haber aprovechado el éxito de Pulp Fiction, y juntos van a rescatar a la secuestrada y hacer del mundo un lugar mejor. Sus pesquisas les llevan a Berlín o a una fábrica en las afueras de Los Angeles, tanto da, donde tiene lugar una espectacular escena de acción y donde J.J. establece el misterio y la emoción de la película. ¿Recuerdan al tipo sospechoso? Pues sigan sospechando de él, ya verán que giro tan alucinante. En fin, que a Felicity le meten un supositorio por la nariz y le fríen el cerebro. Los jóvenes de hoy no aguantan nada. En los 80, Verhoeven metió a Swarchenneger una pelota de baloncesto por la nariz y todavía le sobraba tiempo de matar mutantes en Marte.  Así las cosas, Cruise descubre mediante complejas investigaciones, astutas estrategias y un mail que decía “El malo es Phillip Seymour Hoffman”, que el malo es Phillip Seymour Hoffman. Así que, uniendo sus fuerzas con el negro, la oriental y el inglés gracioso, deciden ir a lo loco al Vaticano, para capturar a Trumie por una alcantarilla, en la mejor escena que ha rodado J.J. en toda su vida. El propósito: evitar que Hoffman robe… LA PATA DE CONEJO. Como mal narrador que soy, no he introducido bien el concepto de LA PATA DE CONEJO en esta sinopsis, pero no se preocupen, pues J.J. ya se encarga de mencionarlo 43 veces a lo largo de la primera media hora. Al fin y al cabo, suena tan bien, que debe ser inteligente. Imaginen ustedes Con la muerte en los talones con ese McGuffin. Superior.

Lo que pasa después no está del todo claro. Cruise salta con agilidad en un puente, Trumie escapa sin haber recibido su justo castigo y el FMI (Fondo Monetario Internacional, por supuesto) decide que Tom es un tipo peligroso y le encierra. A veces la inteligencia del planteamiento me supera, porque no me veo capaz de entender lo que subyace a “Tom Cruise ha salvado el mundo… atémosle a una camilla y pongámosle la mascara de Hannibal Lecter”. Esa imagen pasará a los anales de la historia en el top ten de los momentos más graciosos de Cruise.  En fin, que Tom escapa, va a Shangai y coge LA PATA DE CONEJO, que es un cilindro con el símbolo del átomo (los consultores creativos se han matado aquí). Nuestro actor favorito entrega voluntariamente la pata de conejo a la malvada organización criminal, para salvar a su novia (que estaba prisionera y tal), y aquí llega la escena inicial. Tom grita. Trumie se carga a la novia. Y el primer giro. Ni El sexto sentido nos dejó tan impresionados: ¡No era la novia! En efecto, amigos, Trumie había puesto una mascara de la novia a una completa desconocida y se la había cargado. ¿La razón? Complejidad narrativa, ¿vale? Pero J.J. no deja un minuto de descanso y ZAS, nos mete el segundo giro, aun más alucinante. ¿Recuerdan al viejo amigo y al tipo sospechoso? Pues jamás lo adivinarían. Cuando ustedes estaban convencidos de que el tipo sospechoso era sospechoso… ¡el amigo era el malo! Mi escala de valores se desmorona. El actor que no ha aparecido hasta la tercera parte y que pone cara de malo… ¿es el malo? El cine jamás volverá a ser lo mismo. Zaillian, Koepp, Twothy y De Palma están maldiciendo que sólo se les ocurriera convertir al protagonista de la serie en un sanguinario asesino sin escrúpulos. Jamás hubieran pensando que Billy Crudup pudiera no ser el buen amigo que parecía.

En fin, que los malos se van dejando a Tom atado y éste llama a Simon Pegg, que tiene en J.J. su única vía de escape cuando termine su colaboración con Edgar Wright (vean Hot Fuzz, maldita sea) y el inglés le dice que corra 5 km por las calles de Shangai, porque, en una astuta decisión estratégica, los malos han decidido moverse de la casa en la que estaban a otra que se encuentra tres calles más al oeste. Brillante huida, pardiez. Tom llega y lo que pasa es de nuevo algo confuso. Al darse cuenta de que también tiene un supositorio cerebral, se da una descarga, momento en que su novia se carga a Billy Crudup (pobre chaval, ni siquiera le mata el inglés gracioso… se lo carga la tía pacifista indefensa que no sabe manejar un arma). Cruise resucita entonces y aprovecha para sacar a Trumie a que le de un poco de aire fresco, con tan mala suerte que, cruzando la carretera, le atropella un camión.
FIN
Espectacular. Épico.

Silencio, inútiles, J.J. está de pie en un túnel.

Vale, sí, es mejor que M:I-II (¿próximamente? Mmmmh…), pero eso es decir poco o nada. En fin, que J.J. nos había brindado otra vez más un entretenimiento en toda regla y con su estilo personal (¿recuerdan que la película comenzaba por el final? ¿eh?). Promocionando esta magnifica obra maestra del séptimo arte en Japón, nuestro cineasta favorito, dijo “hosti, que nosotros no tenemos monstruo propio”. Y así nació Cloverfield. Brillante. J.J. dijo “esto tiene futuro”, y llamó a Drew Goddard para que escribiera el guión y a Matt Reeves para que dirigiera la película. ¿El resultado? Una entretenidísima monster movie, aunque Randy diga lo contrario (NdR: La primera media hora pasa por ser mi media hora más aburrida en una sala de cine. Y después sale el monstruo y hace bu. Tampoco es para tanto). Reeves y su equipo demostraron un hacer estupendo e impresionante. Grabada como si fuera una cinta casera, Cloverfield nos da unos efectos estupendos (la primera explosión), una fotografía maravillosa y una recreación de una Nueva York destruida increíble (esa torre caída), que hace que le perdonemos hasta los 15 primeros minutos de fiesta al estilo “Felicity conoce a Godzilla”. 

Por supuesto, esos tales Goddard y Reeves son unos don nadie y Cloverfield demuestra que ABRAMS es el nuevo Spielberg. ¿A quién le importa el director? ¡Que le den! Bienvenidos a la era del productor… ¿Para cuando “Lawrence of Arabia: The Columbia Productions Cut”, con Ice Cube siendo insertado digitalmente en cada uno de los planos?

Posteriormente, J.J. ha probado suerte (quise decir “triunfado artísticamente”) con Fringe. Pero ya hablamos largo y tendido de Fringe este mismo lunes en este mismo blog. ¡Loor a J.J. coño! ¡Escuelas donde se aprenda su talento! ¡Ya!

[Y este mismo lunes, si nadie lo remedia (recuerden: elblogderandy@gmail.com, un nuevo artículo de Bob, hasta que se cansen y empiecen a mandarme cosas. ¡Vamos, vamos, vamos! ¡Demuestren que son más trabajadores que J.J.! ¡Vean cómo Grendel empieza a desvariar en el comentario número 5 y todo el mundo se olvida de su artículo! ¡Vamos! Pasen buen finde, por cierto. Sean felices y eso.]