Especial saló del cómic: ¡¡Las 26 cosas que hacer!!

Bien, vale, ya sabemos qué comprar y de qué alejarnos como si fuera Satán reencarnado (de hecho, tengo mis dudas que Escenas de matrimonio: El cómic no tenga mensajes diabólicos insertados entre sus páginas). Hemos pagado los 6 eurazos de entrada (4 si somos jóvenes, ¡y somos jóvenes! ¡Porque con 24 años también se es joven! ¿Verdad? … ¿Verdad? … Sigh). ¿Y ahora qué? ¡Maldita sea, este no es el sueño de color que nos prometieron! ¡Ni siquiera es el siempre vergonzante y divertido a partes iguales salón del manga! ¡Esto está lleno de pijameros y gafapastas, de tipos de 30 años hablando en un rincón de sus cosas, no de tebeos, cosplays y karaokes! ¿Donde demonios nos hemos metido? Tranquilos. El salón del cómic es una metáfora de la madurez y el salón del manga de la adolescencia exhacerbada. Estos de Ficomic, practicando metáforas poéticas sólo por nuestro bien (y por la recaudación, vaya). En fin, para que no os aburráis y sepáis que hacer y cómo moveros dentro del entorno, ahí van las 26 cosas que poder hacer en el salón del cómic contadas por alguien que nunca ha estado en dicho salón. ¡Iban a ser 50, pero no me salían tantas! ¡¡Bravo!!

1) Comprar cómics. Sí, parece obvio, pero no lo es tanto cuando tienes cuatrocientas treinta tiendas de cómics gigantescas en tu ciudad que te darán el mismo servicio pero sin dejar que el cómic se arrugue, rompa y/o sea robado por algún avispado. Sin embargo, eso de comprar como borregos y comentar durante la comida que habéis comprado como borregos, oigan, tiene su punto borreguil.
2) Ir a las firmas de los autores. ¿Quien no está deseando hacer colas de varias horas peleándose con frikis pesados que quieren hacerse amigotes del autor para conseguir un rayajo que el autor considera que es un gran dibujo y una firma fabulosa? ¡¡Es lo que nos espera este año con Terry Moore, amigos!! Un consejo: Vayan a las mesas donde nunca hay nadie. El tipo se lo agradecerá tanto que les hará el mejor dibujo que hayan visto en su vida. Ojalá no hubiera nadie en la sesión de firmas de Manara, snif.
3) Conversar con gente en los stands: A poder ser que no parezcan psicópatas asesinos con vocación por contarte todo lo que ha ocurrido en Green lantern desde que comenzó hasta ahora mismo. Creedme, hay muchos así por los salones, e ignorarles una vez han empezado a hablar es como intentar parar la lava de un volcán en erupción. Si terminan con vida, pasen aquí a contarlo. Lo de los Green lantern no, por favor.
4) Jugar a buscar chicas con bolsos de Pesadilla antes de navidad: ¡¡El primero que llegue a diez gana!! La pena es que el juego no os durará más de quince minutos.
5) Ligar: Más fácil incluso que en el salón del manga si os vale con otakitas goticuchas impresionables y sin demasiado criterio. Si sois chicas, ligar en un salón del cómic es tan sencillo como hacer que Katsura dibuje un culo. Y para ampliar información, releed el artículo de cómo ligar en el salón del manga.
6) Vacilar a otakitos perdidos: No puede haber cosa más sana en este mundo que entablar conversación con un otakito fan de Mayu Shinjo y empezar a hablarle de cosas de las que nunca ha hablado. Con suerte, igual le abrís un nuevo horizonte. Con mala suerte, y si es más fuerte que vosotros, igual os pega un puñetazo y os tira al suelo. ¡Karma negativo, tío!
7) Ir a KDDs a las que no has sido invitado: Plántate donde haya un grupito de gente que se está dando dos besos y se miran nerviosos y con risas falsas y di “Hola, yo soy Pathfinder 84, pero posteo poco”. ¡¡Nuevos amigos basados en la mentira!! ¿Puede haber algo mejor?
8) Ir a ver a Cels Piñol con una bolsa de la FNAC y decirle que vas de parte de ADLO!: ¿Quieres ver como todo el salón te lincha? ¿Quieres ser expulsado de por vida del Internets? ¡Ahora tienes la oportunidad perfecta!
9) Cantar en japonés en los pasillos a falta de karaoke. Cuando un pijamero te meta una tollina al escuchar por cuadragésima vez el Haruka kanata, a mí no me mires, que no te he dado la idea. Probablemente esté en el grupo que está deseando lincharte.
10) Pon un pie en la zona de fanzines: ¿Quieres sentirte la persona más querida sobre la faz de la tierra? ¿Quieres que cientos de infraseres te adoren y admiren? Pisa la zona de fanzines y siente el calor humano de cientos de fanzineros tratándote como un general y rebajándose para lograr venderte su “cosa” en blanco y negro, fotocopiada y grapada en casa de uno de ellos.

La gente del WEEzine en su primer asalto maño.

11) Compra fanzines: Hablando en serio, ya que estamos, si nos sobra algo de dinero no olvidéis comprar lo que se os pasó en el salón del manga o en el Expocómic. Ahí van algunos nombres que no podeis dejar pasar: Like a monkey (de Rubén Fdez), WEEzine (no os lo perdáis. Además de Morán, El Listo y los autores de los mejores webcomics españoles, tenemos ahí a nuestro Draug), Dimensión paralelos, Katz, Ojo de pez, Rantifuso, La Parada Magazine (que no es un fanzine pero que está plagada de fanzineros y webzineros como Aitor I. Eraña), Gutter (donde están Grendel y Hermana de Butters aunque no queda muy claro si al final saldrá en el saló)… Hay todo un mundo en la zona de fanzines que suele ser olvidado y que no se os debería pasar. Dicha queda la reivindicación del mundo fanzinero. Además son gente muy maja y muy de vez en cuando hasta te regalan chapas. Uo, chapas.
12) Participa en los torneos de Dance dance revolution improvisados y haz el ridículo más absoluto. Te lo tienes merecido.
13) Vete a las mesas redondas. En algún sitio hay que echar un sueñecito, ¿y qué mejor lugar que ese? Además, como bonus, podrás chulearte de haber estado en un sitio como ese para culturizarte.
14) Ve a ver las exposiciones que te interesan, plagadas de dibujos que ya habías visto y de originales que no podrás llevarte a casa o, en su defecto, ve a ver las que no te interesan y descubre que son infinitamente mejores que las que te interesaban. Ley de vida. Este año, por cierto, hay una de Mortadelo y Filemón y otra con los dibujos originales de Heroes, así como una muy interesante sobre viñetas censuradas. ¿Les he rellenado veinte minutos de su tiempo? ¡De nada, caray!
15) Si vais en grupo, haced la pregunta fatídica: “Oye, ¿dónde vamos a comer?”. ¡El fin del aburrimiento ha llegado! ¡Dónde la discusión “chino o hamburguesa” pasa a ser una guerra entre amigos donde se rompen uniones milenarias ha sido estudiado por miles de científicos sin resultado alguno!
16) Fornica con una desconocida en los lavabos. Si puedes. Y después confírmanos que la leyenda urbana es cierta, déjanos anonadados y deja que te adulemos y adoremos por todo lo que te queda de vida. Lo mismo pero siendo chica y con desconocidos conllevará otro grado de admiración y adoración.
17) Intenta convencer a alguien de que eres un autor famoso. Habla mucho en inglés y firma autógrafos a gente que no te los ha pedido. Me juego mi cuello a que en menos de dos minutos tienes a veinte cazaautógrafos al acecho. Pídeles veinte euros por cada firmita y fórrate a su costa.
18) Róbale la pulserita a algún bloguero con suerte (Jotacé, no miro a nadie, ejem) y huye detrás de un stand. Disfruta de manera macabra viendo sufrir a una persona hasta límites insospechados y revolviéndose en su propia miseria (o, simplemente, cagándose en tus muertos y yendo a pedir otra pulserita). Sí, el año que viene seré más listo y pediré pulserita a ver si cuela. Si lo hace en Sitges…
19) Llévale a Manel Fontdevila la famosa portada censurada y dile que es un guarro y que a ver si le gustaría a él aparecer fornicando con su mujer. Si no te mete un guantazo, es que ha mejorado su mítico mal humor (que yo no he conocido, por cierto).
20) Cuando Manara te firme, dí en inglés “Ah, mi primo dibuja mejor”. ¡¡Meterse con los autores siempre es divertido!!

Oh, my cousin draws better.

21) Ve al stand de Planeta a pedirles fotocopias de Dragon ball. Es un clásico, pero nunca perderá la gracia (menos para el pobre chaval que esté detrás del mostrador, que te mirará con ansias asesinas mientras tú ríes a lo idiota).
22) Acércate a una chica otaku quinceañera y dile “Hola, soy L”. Dos posibilidades: O te lanza la mirada más homicida jamás lanzada por mancillar el nombre de su ídolo o esa noche mojas. Es mucho más posible lo primero, que lo se-pas.
23) Hazte pasar por cani y pregunta en la mesa redonda más cercana que veas si eso de los dibujitos le gusta a alguien y que dónde está el salón del automovilismo.
24) Déjate llevar por el mundo del tomateo y los rumores del mundillo. ¡Corran rumores falsos, vamos, vamos! Es una pena que en el mundo bloguero no haya líos de faldas ni nada parecido (más que nada porque “¿Sabes que Randy está liado con Hardita?” no sólo lo sabe todo el mundo, sino que además no le importa a nadie), pero cuidado con el de los fanzines: Saltan chispas, señores. ¿Saben aquel de que a Fdez se le vio con una autora de Rantifuso que…? ¡Los rumores falsos nos gustan a todos!
25) Y hablando de rumores falsos, ponte cerca de Alvaro Pons o de los chicos de Zona Negativa y haz como que hablas con otra persona sobre temas importantes de la industria. “No se lo digas a nadie, pero me han dicho que Panini va a sacar la Biblioteca Marvel 2.0, con más páginas y a menos precio”, “He oído que Glénat va a publicar Ranma de manera decente”, “Por lo visto el próximo cómic de Pafman va a tener gracia”, “Sporty va a volver en breves”. ¡¡Preparaos para que vuestra tontería de turno corra como la tinta!! Como la tinta que, uh, corre, supongo.
26) Acosa a los autores por los pasillos: ¡¡Ni caso a lo que oigas por ahí!! ¡¡Les encanta!! ¿Ves esa vena marcada en la frente de Adam Hughes? ¡Quiere decir “acércate y presióname para que te haga un dibujo”!

Y sobre todo, intenten pasarlo bien. Los que no van, claro, no. ¡¡Bwahahahahahaha!! ¡¡Sufran, Grendel y Shura!! ¡¡Sufran!! La KDD sigue marcada a las 12 en el stand de El jueves con, por ahora, la única baja de Shivita, que me jode especialmente porque el culpable de su ignoración fui yo, que moderé el comentario tarde. Snif. Es un clásico verla cada vez que voy a Barcelona. Shivi, te queremos.

Mañana, algo que no tiene nada que ver con el saló, que tampoco hay mucho más que contar hasta las noticias del viernes.