Palabras guays presentan: URST

A veces creo que todo lo que se tiene que saber sobre hacer guiones se aprende el primer año de universidad. Es más, se aprende en cualquier manual chungo de guión: Tres actos, se dialoga así y asao, las acciones se escriben en presente, no se describen sentimientos sino acciones. Ya está. Teniendo esto, cualquiera puede escribir un guión. Y prueba de ello es la tele actual, vaya. Es por eso que, cuando terminé la carrera, me sentía bastante reacio a hacer un master o algo así. Total, me van a enseñar las mismas tonterías que en la carrera cobrándome el cuádruple. Pese a todo, y por eso de que mis padres creyeran que estaba haciendo algo de utilidad, decidí asistir a uno online, supuestamente para profesionales y demás titiriteros (me encanta esta palabra desde que la derecha lo usa para definir a todos los que trabajan en el mundo del espectáculo. Bardem es un titiritero, Azcona es un titiritero, Roberto Iniesta es un titiritero. Tú díselo, que igual te suelta una hostia titiritera). Yo me esperaba grandes trucos, perfectos entresijos de guión que muy poca gente conoce, maneras de interconectar las tramas impartidas por fabulosos guionistas estadounidenses. Por el precio, debería ser así. Y estadounidenses no, pero eh, un minicursillo nos lo dio Tonino, el de Caiga quien caiga. ¡Qué nivel! Un año después, cuando salí del master sintiendo que había aprendido menos que si me hubiera quedado en casa viendo la tele, tenía una palabra nueva en la cabeza. Todo el legado del master fue una de estas palabras que, cuando las sueltas, hacen que el mundo se calle y aprecie tu importancia e inteligencia (o, en este caso, te encierren en la cárcel por nazi). Una palabra que suena a hechizo de algún libro-clon de Harry Potter (Grievous Hasterford y la piedra intelectual), y que de pura molona que es te concede automáticamente un +100 en carisma cada vez que la usas. Me estoy refiriendo, como no podía ser de otra manera, al URST. Dios, suena tan bien que dan ganas de no explicar de qué se trata o perdería toda la gracia. Probad a soltar en una reunión de amigos la palabra URST sin que venga a cuento de nada, y a ver qué pasa. Probablemente nadie se de cuenta de que no tiene ningún sentido. “Mi novia me ha dejado”-“Qué URST, amigo”. “¿Sabes como se arregla mi televisión?”-“¡Por supuesto, es algo URST!”. “Me debes 150 euros”-“¡Que situación de URST tan grande!”. Mh, quizá no quede tan bien como creía. En fin, URST significa “UnResolved Sexual Tension”, o sea, tensión sexual no resuelta, para los no anglosajones. No, no piensen “como Ross y Rachel”, que me joden el resto del artículo donde hablaré de esas cosas. ¡Noh! ¡¡Noh!! Oh, les odio.

Sí, lo sé, hoy es San Valentín y hablar de URST no es precisamente el ideal de post amoroso y empalagoso que uno se espera para estas fechas, pero no quería atormentarles con preciosos poemas de amor de esos que uno escribe a los quince años (a los quince años todos éramos idiotas. Uh, excepto los maravillosos lectores de quince años de este blog. Ejem), ni podía uno hablar de algo tan frío como el fin de la huelga de guionistas. Obviamente, y para no perder la tradición, eso va mañana. Igual creíais que os habíais librado. Así que URST. Que el sexo no deja de ser parte de cualquier relación amorosa, excepto de la de Stephen Hawking y su mujer, vaya. Oh, mátenme. Más que nunca, por favor. ¡Rápido, olviden el chiste! ¡¡Corazones y ositos!! ¡¡Corazones y ositos!!

El URST en las series americanas: Un buen día, a alguien se le ocurrió que en Cheers nada podía quedar mejor que una pareja que estuviera que sí-que no durante once años. Vamos, ¿quién no ha esperado a su pareja ideal durante once años con idas y venidas continuas hasta que, en un último episodio trascendente –supongo, no he visto Cheers– se arrejuntan con un beso? Y lo peor: ¿Cómo es posible que algo tan simple siga emocionándonos como a niños? Porque obviamente, después de Cheers, todas las malditas series tenían que tener tres o cuatro tramas de URST por contrato. “Eh, hola, tengo una serie original y divertida que…”-“¿Contendrá tramas de tensión sexual no resuelta?”-“No, en realidad es una sitcom sobre la vida de Jesucristo…pero siempre puedo liarle con María Magdalena, o algo”-“¡Un nuevo éxito!”. Quiero decir, fijaros en Friends: Estaba claro que Ross y Rachel iban a acabar juntos, que la trama final de mandarla a París sólo era una excusa para traerla de vuelta en el episodio de vuelta y que Rachel y Ross se besaran entre aplausos y “uuuuh”s de la gente. Todos lo sabíamos. Era más obvio que el argumento de High school musical 2. Y sin embargo, cuando Rachel apareció por la puerta y besó a Ross, todos los fans lloramos como nenazas. ¿Por qué? ¿No lo habíamos visto mil veces antes? ¿No sabíamos que iba a ocurrir exactamente como ocurrió, sin fisuras ni cambios en nuestra imaginación? ¿A qué demonios vienen las lágrimas? ¡¡Ni siquiera era tensión sexual no resuelta!! ¡¡Estaba más que resuelta!! ¡¡En el museo!! Dios, estos guionistas son realmente buenos. E hijos de puta.

Y quien dice Friends dice Pushing daisies, la serie con la tensión sexual no resuelta menos resuelta de la historia (en serio, ¿no hay condones de cuerpo entero que les permitan hacer guarradas sin posibilidad de que la chica muera en mitad del acto? ¿Cómo de poco sexy es follar con trajes de apicultor?). O Frasier, serie que tuvo el gran bajón cuando lió a los dos miembros del URST (¿a quién se le ocurre? La gracia era…oh, en fin, qué más da). O practicamente todas las series de la historia excepto Seinfeld. Y es que Seinfeld mola porque es la vida real. ¡¡En la vida real no hay relaciones con tensión sexual no resuelta!! Si quedo con una amiga para tomar un café, no estamos los dos con tensión porque podríamos estar en la cama y no lo estamos por diversas razones. Y si ocurre, no dura más de quince días. ¿Once años esperando para acostarte con alguien? ¿ONCE AÑOS? No puedo acordarme de lo que comí ayer, ¿me voy a acordar de la chica que me gustaba a los doce años? (curiosamente me acuerdo, fue una chica a la que regalé flores que ella me tiró a la cara mientras decía “feo, feo”. Ahora es drogodependiente. La vida es maravillosa). Pero pese a todo, los guionistas lo hacen bien. Te lo preparan desde el primer episodio y lo cocinan a la perfección hasta que llega el momento de juntarlos (o no). Maldita sea, serían capaces de hacer tensión sexual entre niños de primaria (como se demostró en South park con Stan y Wendy). Son buenos. Y todo construído mediante miraditas, un par de veces que se cogen de la mano y algún sueño furtivo.

El problema es cuando, con la tontería de crear URST, empiezan a hacer cosas sólo comprensibles si han estado consumiendo demasiado crack esa semana. O sea, ¿a quién demonios se le ocurrió que juntar a Joey y Rachel era una gran idea? ¿A QUIEN? Es como quien creyó que la relación entre Inu Yasha y Kagome no le cansaría a nadie después de doscientos treinta tomos sin beso ni nada parecido. No tiene ningún sentido, se nota que es artificial. Es como si viene un señor de negro mañana a tu casa y te dice “Eh, deja a tu maravillosa novia y líate con esta ex prostituta que no te atrae. No preguntes, sólo hazlo”. Lo mismo. Juntar a Joey y Rachel tiene tanto sentido como hacer que Hiro se liara finalmente con, no sé, Claire. O Jack con Sun. O Sawyer con Ana Lucía. Uh, espera un momento. No, en serio. Alguien debería decirles que el URST, usado con moderación, mola. Usado con exceso empieza a parecerse terriblemente a una payasada. Pero nunca peor que en las series españolas.

El URST en las series españolas: Si en las series americanas ya está cogido por los pelos eso de “Te quiero pero no te lo puedo decir porque en el fondo entre nosotros hay una gran rivalidad”, imaginad en las españolas, capaces de convertir Ciudadano Kane en una zarzuela con canciones sacadas de la época en que mi abuela era yeyé. Aquí no nos dimos cuenta del potencial del URST hasta que llegó Farmacia de guardia (una serie, por cierto, cojonuda). Su episodio final nos dejó un coitus interruptus de los que hacen impresión. Como si no sólo hubieras interruptus el coitus, sino que un oso te hubiera arrancado de una dentellada el penis. O sea, si creas un URST durante cinco temporadas, lo suyo es resolverlo al final, y no dejar colgado a la imaginación del espectador lo que iba a ocurrir. Ni que esto fuera Los Soprano, redios.

Premio a quien se acuerde de los nombres de todos sin mirar la wikipedia

Y después de Farmacia de guardia, la cosa empezó a degenerar. Quizá 7 vidas supo llevar bien la cosa ésta entre Laura y David las primeras temporadas (típica pareja en la que se odian pero en el fondo discuten porque se quieren), pero después fue la decadencia. No puedes llevar cuatro parejas anticarismáticas que sí-que no a la vez. No. Simplemente no. A nadie le importaba un carajo si Leandro se liaba con la nueva, si Gonzalo se iba con la dueña del bar o no (la vida sentimental de Gonzalo acabó con Carlota, punto). Y menos aun cuando todas las relaciones eran una versión ultimate de Laura y David. Conste, de todas maneras, que 7 vidas es la serie que mejor ha llevado el URST en España. No me hagan hablar de Aquí no hay quien viva, Los Serrano (Guille y Teté con tensión sexual me han producido algunas de las mejores carcajadas de mi vida. No con los guiones, sino con lo forzado de las situaciones) o Sin tetash no hay paraíso. Por favor.

Ya ni se esfuerzan. En El internado, sin venir a cuento, un par de personajes se besan sin que nos hayan allanado el camino. Un besito. Muack. Y a partir de ahí, ya tienes una trama amorosa hecha en la que llegamos a oir cosas como “Si no me voy de aquí es por ti”. Por una tía a la que has dado un besito. Joder, como está el patio. No sé si es que en los colegios de secundaria están muy necesitados…o todo lo contrario, vaya. El otro día, viendo Física o química (haciendo zapping, creanme, por favor) disfrutamos de la siguiente situación. Angy en sujetador, delante de otro tío. “Angy, ¿por qué no me la comes un rato?”-“Hala, tío, ¿pero yo te gusto?”-“Claro, tía”. Y se la come. Toma URST. Que aprendan los de Friends. Si Ross y Rachel hubieran empezado con una mamada en una fiesta petting, seguro que la orgía final nos hubiera impactado a todos mucho más.

Menos mal que tenemos a los guionistas españoles para marcar el rumbo. Mañana, noticias y tetash. Preparaos para ignorar la noticia de la huelga de guionistas, y otras dos con más gracia que todo el artículo de hoy, escrito deprisa, corriendo y mientras lloraba viendo videos de Youtube de 7 vidas. Qué grandes eran los cabrones.