¡Qué burtonesco!

La única manera de producir un artículo de éxito es cabrear fans. Y si son mexicanos, mejor. Por ello, cuando el inocentón de Starsky Pasado (a partir de ahora nos referiremos a él bajo tal término) fue bendecido con la oportunidad de realizar un artículo para este apabullante blog, éste fracasó estrepitosamente. No, amigos, no fue por que el primer artículo de SP fuera escrito en media hora nada más despertar, fue por centrarse alrededor de series que absolutamente nadie aprecia medianamente. Por ello, Starsky Presente (que también abreviaremos como SP para confundirle y referenciar series que nunca verá) les trae un análisis película-por-película del sello de márketing emo por excelencia.

Es gracioso, en realidad. Cuando un director se forja una carrera y la veneración de hordas de asiduos a Hot Topic a partir de su apabullante mundo de imaginación y creatividad, un servidor esperaría que el 90% de su filmografía no fueran adaptaciones, remakes, remakes de adaptaciones o secuelas de remakes de adaptaciones (ésta última es discutible si no consideramos Batman un remake de la mítica serie de Adam West, pero a que mola dentro del párrafo?). Sin embargo, y para desasosiego de Kevin Smith, Burton parece haber mantenido su credibilidad prácticamente intacta hasta hoy. ¿Por qué? Yo les diré por qué. Ningún sustituto en una entrada cualquiera de la secuela de un blog cerrado por falta de visitas en una de las webs menos concurridas de todos los tiempos ha tenido el tiempo libre necesario como para meterse con él de manera infantiloide e increíblemente hipócrita. Hasta hoy.

Cuando el director de Wild Wild West, en una producción televisiva, hace un trabajo superior al tuyo con tu propio estilo visual, sabes que tienes problemas.

 

El asterisco indica la aparición de Johnny Depp. Miren, acabo de triplicar las visitas del blog. Johnny Depp. Johnny Depp.

La Gran Aventura De Pee-Wee: Ooh, qué decepción. Yo esperaba un artículo de Randy. Tranquilo, amigo mío, haré todo lo posible por mantener vivo el espíritu del blog.

Y éste es solo el primero de los miles de recursos baratos para evitar opinar acerca de las películas de Burton que me gustan o que no he visto. Un placer trabajar con ustedes.

Beetlejuice: Pese a ser particularmente destacable por formar parte de las épicas Tres Películas Originales De Tim Burton (seremos buenos y contaremos Mars Attacks como una), no he tenido el dudoso placer de verla, así que invité a nuestro querido amigo Cartuneswor para que opinara al respecto.

Bitelchus es una de mis películas favoritas de todos los tiempos, si no MI película favorita. Puede que haya visto otras pelis mejores pero esta pertenece a uno de los estilos que más disfruto. Son esas películas, a menudo de culto, que resultan sorprendentes y extrañas pero en las que de alguna forma todo encaja perfectamente.

No terminó de comprender el concepto de la entrada.

Pesadilla Antes De Navidad: Oops, perdón, estábamos hablando de películas de Tim Burton.

Batman: Sí, oiga… yo no he leído prácticamente nada de DC en mi vida, pero Batman no, ya saben, solía tener ciertos principios en vez de ir asesinando gente por ahí? Nada, cosas mías. Por lo demás, la película es ochentera en el peor sentido de la palabra (hasta la llegada de Batman & Robin, es decir), y Nicholson es lo único que aporta algo de carisma a uno de los villanos más pobremente escritos vistos desde la muerte de Walt Disney. De todas formas, sigo siendo incapaz de situarla por debajo de Batman Begins. Al menos en ésta era capaz de ver qué diablos estaba ocurriendo.

Gracias, bebé con batería. Sigamos.

Batman Returns: He sure does.

Saben, me gusta esta película.

Mars Attacks!: Así que todo actor famoso en Hollywood estaba en el paro en 1995, eh?

Sleepy Hollow*: Lo siento. He intentado verla entera en tres ocasiones, y he caído dormido en todas y cada una de ellas. Pocas películas han conseguido con tanto éxito reunir la cantidad exacta de recursos técnicos, visuales y narrativos como para no destacar en absolutamente ningún ámbito. Nada es particularmente deplorable, nada es particularmente interesante. Si el mundo fuera justo, el póster de la película residiría en el diccionario junto a la palabra mediocridad. Y si la película fuera de un completo desconocido, su estreno residiría directamente en los domingos por la tarde de Telecinco.

Eduardo Manostijeras*: ¿Se han fijado? ¡El personaje de Depp se llama Ed, igual que en esa otra!

Ed Wood*: ¿Se han fijado? ¡El personaje de Depp se llama Ed, igual que en esa otra!

El Planeta De Los Simios: Demasiado se ha dicho ya acerca de tamaña obra maestra como para que un pelele como yo consiga aportar nada, así que le cederé el puesto a un icono internacional por excelencia.

Nada más que añadir.

Big Fish: Maldición, esta me gusta bastante – así que imagino que, tal como ocurre con Sweeney Todd*, el libro será una obra maestra inconmensurable vilmente mediocrizada por la retorcida mente de Timmy. De todas formas, no estoy capacitado para criticarla en exceso, así que me veo obligado a recurrir a nuestro querido amigo Bob:

Tras El Planeta de los Simios, Tim Burton decidió acallar a todos aquellos que decían que había perdido su toque, y que son todos los que esperan una mala película de un director para profetizar su declive y clamar al cielo que vuelvan las películas de antes. Para ello, el genio creador que pasa más tiempo despeinándose que haciendo buen cine, recurrió a John August, nada afamado guionista cuyo trabajo, por llamarlo de alguna manera, en obras como Titan o Los Ángeles de Charlie y secuela, merecería no ya un articulo, sino un blog entero. Como la delimitación entre lo que aporta el guionista y lo que aporta el director puede llegar a ser muy difusa, diremos que se trata de una película con elementos que sólo podía haber creado una mente privilegiada como la de Burton, aunque fueran idea de August.
Así pues, Big Fish, que siempre resulta más atractivo que “Gran Pescado”, pero menos que “Gran Merluza” o “Gran Rodaballo”, surgió de la caja mágica de Burton, donde el rompedor y visionario cineasta vierte todas sus maravillosas ideas. Por supuesto, allí estaba ese espanto llamado Frankenweenie, que tiene que ser ilegal por fuerza. Tras el fracaso de un concepto tan brillante como “Monos en el espacio”, decidió echar un vistazo a todo lo que había en aquella caja, descubriendo, para su espanto, que ninguna de aquellas ideas era original ni daba para una película. Pero eso no amedrenta a una mente creativa y en constante funcionamiento. Al fin y al cabo, si 1 más 1 es 2, una idea regular más otra idea regular, debía dar como resultado una idea buena. Y si volvías a hacer esa suma otras 50 veces, ya tenías una obra maestra. Y ya si lo mezclabas con un drama intergeneracional supuestamente emotivo, de Oscar, macho.

Big Fish comienza, sorprendentemente, sin la música tan característica de Elfman (siendo aquí “característica” un gran eufemismo) y nos narra la historia de Billy Crudup, el traidor de M:I-III, que no es que sea un actor limitado, es que refleja el drama interno de su personaje. Al enterarse de la inminente muerte de su padre, Albert Finney, que no es que este aburrido, es que se está muriendo, viaja a toda prisa desde su piso en Paris (multiculturalidad, multiculturalidad) a la casa donde se crió. Resulta que ambos, padre e hijo, se hallaban en medio de un conflicto, principalmente por la desatención del primero, más ocupado en crear historias y evadirse de la realidad.  Resulta que Finney fue hace años un joven Ewan McGregor, cuyos dos únicos registros como actor son “con barba” y “sin barba”, que contaba a su hijo historias fantásticas, diseñadas ergonómicamente para extender la duración de la película a 120 minutos, y hacer que parezca más épica.
En fin, que el bueno de Ewan es entonces una simple excusa para presentarnos innumerables historietitas fantásticas. Un gigante, una criogenización temporal, Danny de Vito con bigote transformándose en lobo CGI, gemelas siamesas; todo mezclado y agitado con una melodrama simple mil veces visto. Tantos elementos mediocres y gratuitos juntos sólo pueden dar una obra maestra del séptimo arte y si ya la firma Tim Burton, es el colmo de la originalidad. Pasan 30 minutos, y uno no tiene ni idea de a donde va la película. Pasan 60 minutos, y lo mismo. Pasan 90 minutos, y uno empieza a preguntarse si toda la inconexión de la película es un enorme fallo de racord. Pasan 120 minutos y Albert Finney muere, como le pasó al talento de Burton, evadiéndose de la realidad y yendo junto a unos mediocres personajes que deben ser atractivos por el mero hecho de ser siameses, gigantes o tener bigote. Y allí, descansará en paz, hasta que su director ande lo suficientemente escaso de dinero como para resucitarlo en Big Zombfish. Zombies y peces. Burton, ¡has vuelto a triunfar!

Gracias, maldito bastardo, por conseguir que mi artículo parezca incluso más atroz a su lado. Eliminen de sus mentes colectivas el hecho de que Bob, para variar por estos lares, tiene gracia.

Mis ojos, mis preciosos ojos.

Charlie Y La Fábrica De Chocolate*: Timmy le estaba leyendo un cuento a su chaval cuando descubrió que, efectivamente, la obra de Dahl gozaba de suficiente entrañable chachipeculiaridad como para ser digna de llevar su sello creativo. Desgraciadamente, Depp estaba demasiado crecidito como para interpretar al zagal protagonista, así que el tío Burt decidió centrar la película entera alrededor de Willy Wonka. Por desgracia, éste mostraba demasiada poca profundidad en el libro como para justificar tal cambio – pero Burton es un genio por alguna razón, así que decidió ahondar en el personaje de la única jodida manera que conoce – concediéndole traumas paternales (irónicamente, decidió ignorar su recurso por excelencia cuando produjo Batman). Sin embargo, Depp interpretaba al coleguilla Wonka exactamente igual que cualquier otro de sus papeles (¡y no le nominaron al Oscar por ello! ¡Sacrilegio!), lo cual impedía llamar TODA la maldita atención hacia él. Más Burty conocía la manera de solucionarlo consiguiendo además que la película estuviera en boca de todos – regalándole al mundo entero el chascarrillo más accesible de la historia. Así, presentar al tipo que vive solo junto a sus mascotitas (no me demanden, el resto del año soy políticamente correcto) en una mansión de fantasía infantiloide hasta que un día decide invitar niños a que corran libres por sus aposentos como un jodido clon de Michael Jackson fue el favor que Burton concedió a todos los graciosillos de turno (creo recordar que Kim le dedicó tres páginas al asunto en nuestra revista de humor favorita), esperando ansiosamente que éstos difundieran indirectamente la existencia de su película. ¡Pero no tenía suficiente! ¡Haciendo gala del retorcido humor marca de la casa (de qué casa ya es más discutible), Burtie tenía que torturar a todos los miembros de su audiencia, y no sólo a los pobres daltónicos! Así, llamó a Elfman y le suplicó que compusiera las tonadillas más atroces que pudiera imaginar bajo la letra original de Dahl, tras lo cual las combinó con las imágenes más vergonzantes posibles (los rumores dicen que la tumba de Lennon no ha vuelto a ser la misma). Todo ello fue un vil y desquiciado plan para comprobar si, tal y como sospechaba, su fiel público de oscuros rechazados sociales con incomprensibles recursos monetarios seguiría a su lado por muchos festivales de azúcar, colorines y vergüenza ajena que les obligara a soportar. A juzgar por las ventas del merchandising del siguiente subproducto que nos ocupa, así fue el caso, así que yo de ustedes pasaría Sweeney Todd al revés. Mensajes rezando «Y AHORA, LACAYOS, APODERAOS DEL MUNDO EN MI NOMBRE» pueden ocultarse en cualquier parte.

Tim Burton’s Corpse Bride*: Mike Johnson la dirigió. John August (sí, el John August) y Caroline Thompson
 la escribieron. Carlos Grangel diseñó los personajes. ¿Por qué cojones es «Tim Burton’s» entonces? Todos lo sabemos. Ese sello, tal como la película entera, ha sido creado con la única intención de venderle a usted, querido lector emo que acaba de buscar en Google «comprar pelotitas antiestrés de Pesadilla Antes De Navidad» (¡ya en su Norma Comics habitual!), toda clase de vil merchandising. Seamos francos, yo haría lo mismo – al fin y al cabo, a quién le importa la película original (que, por cierto, es la personificación más tediosa posible del Deus Ex Machina aderezada con 500 chascarrillos baratos sobre muerte pretendiendo pasar por humor – he’s the HEAD WAITER! Get it?! Get it?!) mientras los productos saquen billones? Desde luego no a los fans – por favor, la próxima vez que vean a la típica chica gótica entrañable con su estereotípico bolso de Jack Skellington, menciónenle a tal personaje. Si su respuesta no es «¿Quién?», les pago un refresco.

  

La novia cadáver 

The Pulp*: Y esto atrezao.

Sweeney Todd*: De acuerdo, me es imposible ser imparcial, al considerar la obra original como lo más brillante jamás escrito en la historia del teatro musical (los fans de Sondheim estamos por todas partes! refúgiense en sus hogares antes de que sea demasiado tarde!), pero dice mucho acerca del talento de un director el que produzca una película normalilla con ella. Unan a esto su imperiosa necesidad de contratar en los papeles principales a Depp y su mujer incluso considerando que éstos no han cantado en su vida (si se aburren, busquen la entrevista en la que Depp declara no haberse preocupado por buscar profesores de canto al considerar que «así su personaje sonará más real» – risas aseguradas, particularmente con Burton alabando la iniciativa de Depp de, no bromeo, «crear un Sweeney punk-rock») y su manera de desarrollar los personajes para que ninguno nos importe una mierda (todo lo que sabemos en su adaptación acerca de Anthony, presentado por Burton como el único héroe de la película, es que le da por secuestrar jóvenes desconocidas a las que observa compulsivamente en sus ventanas) y tendrán un clásico asegurado. Y lo peor es que, de no haber visto la obra, probablemente a todo el mundo le parecerá magistral. ¿Eh, Mo? JAsfjsjjjasjusssjjj. Cuán hilarante soy. [Nota de Randy: Esto ha sido un guiño a MundoDVD. Por lo visto Starsky cree que todos ustedes deben pillarlo puesto que él lo ha pillado]

En fin, para alivio de todos ustedes. doy por terminado este artículo hasta que el estreno de nuevas joyas de tamaño genio, que sin duda resultarán ser la epítome de la creatividad y… ¿Qué me dice? ¿Alicia En El País De Las Maravillas en motion-capture? ¿Un remake de dos horas de un corto de los 80 del PROPIO TIM BURTON*? Whoa, qué manera de solucionarle los martes a Randy.

*¡Miren, este último asterisco no estaba relacionado con Johnny Depp! ¡Anarquía! ¡Anarquía! En fin: concretamente nos referimos a Frankenweenie, que como recordarán debería ser ilegal por fuerza. Ah, si el mundo estuviera gobernado por Bob. Se aceptan apuestas acerca de cómo Burt conseguirá expandirlo a dos horas. La mía: flashbacks a los traumas paternales del cachorrito.

Que empiece el linchamiento.

[-Referencias que nadie pillará…
-Ajá
-Links a tus amigotes…
-Ajá
-No has visto la mitad de las pelis que referencias, y las que has visto las referencias con una sóla frase y calle como excusa para poner al bebé de la batería…
-Ajá
-¿Y cuánto dices que pretendes cobrar por esto?
-Mil euros acordamos, ¿no?
-Mira,Starsky,te voy a contar algo sobre lo que se gana haciendo un blog…]